Nada ha cambiado desde que hace una semana los empresarios se reunieron con la
Delegación del Gobierno y, después, indicaron a la prensa
la crisis a la que se veían abocados con motivo del bloqueo de la frontera. Nada ha cambiado para bien, porque esto incide directamente en el devenir negativo de muchos sectores empresariales. A la situación en que se encuentran las naves del Tarajal, que no pueden sacar la mercancía porque el único paso autorizado no funciona, se suman los demás negocios ya que a la vez que no hay tráfico comercial también se está impidiendo la entrada de personas a Ceuta, incluyendo las que, según publica el propio Ministerio de Interior en su página web, tienen derecho a entrar sin visado, como es el caso de los nacidos en
Tetuán.
Los empresarios han denunciado que a los clientes se les está dando la vuelta en la
frontera española, después de horas de espera para cruzar a Ceuta y comprar. De igual manera la Policía Nacional, diciendo que cumple órdenes de la Delegación del Gobierno, está impidiendo la entrada a marroquíes si carecen de visado, a pesar de las exenciones contempladas e históricamente respetadas.
El Ministerio de Interior no ha ofrecido respuestas sobre cómo se está permitiendo que en una frontera se ejecuten estas órdenes, de cómo se está coartando la entrada de personas que disponen de documentación en regla o de vehículos que ya han pasado el filtro marroquí. Esa particular ‘selección a la carta’ está generando no solo el malestar evidenciado por los empresarios, sino
la pérdida económica en muchos negocios. No se ha informado de que haya habido cambios en los tratados históricos, así que todo obedecería a puras decisiones domésticas.
Y no solo afecta a los comercios, los transportistas han visto bajar sus servicios notablemente, tanto que se muestran muy preocupados por la situación al no haber mercado para abastecer el transporte de mercancías y, por tanto, no hay movimiento de camiones. Es una cadena, ya que si las ventas se resienten por un lado, esta situación termina alcanzando a muchos más sectores en la ciudad.
Nada ha trascendido de manera oficial del contenido de las reuniones de este miércoles, salvo que
habrá un nuevo encuentro del que se indicarán varias medidas que deberán aplicarse para que la situación vuelva a ser la de antes y se permita la reactivación de mercancías concretas y de personas.
Ya hace unos meses que la Delegación aplicó restricciones en la entrada por el Tarajal, pero iban dirigidas exclusivamente a las personas que estaban realizando trabajos en Ceuta sin estar regularizados. Fue así como se abrió un proceso extraordinario para aminorar la bolsa de trabajo clandestino que se había permitido en la ciudad.
Ahora la medida se extiende, sin justificación, a muchas más personas a las que se les pide pasaporte y visado para entrar, aunque no tengan la obligación de disponerlo.
La situación que se vive al otro lado de la frontera es de tensión entre quienes a primera hora quieren cruzar o de vacío debido al bloqueo impuesto, lo que se traduce en una anulación de tránsito que ha provocado la sensación de que, sin serlo, muchas de las jornadas parece que sean festivas en el calendario.