Segundas partes (o terceras) nunca fueron buenas

Regresó a la AD Ceuta convencido de que lograría el ascenso a Segunda División que había acariciado en su primera etapa y también en la Agrupación que desapareció hace veintiún años. Los resultados deportivos y la situación económica del club blanco en estas dos últimas temporadas han dejado a José Antonio Muñoz en muy mal lugar.
Recuerdo que su campaña electoral se cimentó en las críticas vertidas por columnistas-mercenarios, por tertulianos radiofónicos (ahora curiosamente directivos de la AD Ceuta) y por dos fotografías publicadas en su periódico junto a Antonio Muñoz, el máximo accionista del Cádiz y Quique Pina, presidente del Granada.
El varapalo que se llevó la afición al quedarse la AD Ceuta fuera del play off de ascenso, en la última temporada de Felipe Escane, por el contencioso con el 'Poli' Ejido produjo un desencanto y enfado en la hinchada que Muñoz aprovechó para acceder de nuevo a la presidencia de la Asociación.
En la tarde del viernes que se conoció la decisión del CEDD de darle la razón a los ejidenses en el caso David Fernández, que dejaba fuera de la fase de ascenso al equipo ceutí, a algunos que presumen de querer mucho al Ceuta sólo les faltó brindar con champán en la redacción de 'El Pueblo'.
Los cinco años apartados de la presidencia de la AD Ceuta le han pasado factura. Prometió devolver la ilusión a la afición caballa, después de dos temporadas decepcionantes, y lamentablemente en estos momentos acude menos gente que nunca al Alfonso Murube. Y es que los errores se han ido sucediendo uno detrás de otro.
En la temporada 10-11, la de su 'reentré', fichó por primera vez un director deportivo, Julio Fernández Peguero, que había salido del Cádiz por la puerta de atrás.
Pero en una apuesta personal contrató a Joao de Deus, un joven técnico portugués que había dirigido a la selección de Cabo Verde. De Deus llegó con su equipo de trabajo y recomendó a cinco jugadores caboverdianos, Fock, Vítor Moreno, Sandro Mendes, Valter y Gilson Silva a los que Peguero apenas conocía.  El onubense pensaba que el equipo ceutí podía rendir mucho más y nunca hubo 'feeling' con el técnico.
Con la AD Ceuta en la cuarta posición fue destituido Joao de Deus y llegó Andoni Goikoetxea. El ex-jugador del Athletic y de la selección española ni conocía a muchos jugadores ni la categoría y el debut triunfal en Melilla quedó en una anécdota.
La Asociacón Deportiva Ceuta empeoró sus números y llegó al tramo final del curso liguero sin opciones de pelear por el ascenso. La destitución de 'Goiko' a falta de cuatro jornadas llegó muy tarde porque otro veterano, José Ángel Moreno, no tenía una varita mágica.
Lo único salvable de aquella temporada fue la participación en la Copa del Rey donde los ceutíes superaron tres eliminatorias y el azar los emparejó en la cuarta con el mejor rival posible, el Barça de Guardiola.
El club hizo un 'taquillón', que no se conoció hasta meses después en la asamblea para socios y abonados y la ciudad autónoma sonó con fuerza durante unos días en los medios de comunicación nacional, con la retransmisión de los dos encuentros en La Sexta.
En la actual campaña, 11-12, la directiva de la AD Ceuta conoció antes del inicio del Campeonato que llegaban las 'vacas flacas' y la subvención municipal se quedaría en 700.000 euros, de los cuales trescientos mil eran para el plan de saneamiento que se articuló al final de la campaña 04-05, la última de la primera etapa de Muñoz en la presidencia de la Asociación, por la importante deuda que arrastraba el club blanco que puso en entredicho la permanencia en Segunda División 'B'. José A.
Muñoz, que siempre ha jugado a todo o nada, decide llevarse al equipo a la provincia de Sevilla en una decisión sin precedentes para ahorrarse un dinero significativo y construir una plantilla mucho más competitiva.
El equipo pintaba bien con el bloque del Club Deportivo San Roque (quinto en el último ejercicio) y su entrenador Sergio Lobera al frente. El núcleo duro de los leperos (Pau Torres, Germán, Hornillo, Julio de Dios, Pereira y Fernando) mezclado con Guzmán, Añete, Diego Segura o Andrés formaban un plantel para meterse en el play off o pelear hasta la última jornada por la cuarta plaza.
Nadie le iba exigir a este Ceuta que saliera campeón. El Ceuta arrancó con buen pie y buen juego, pero empezaron a volar puntos del Murube y... a desertar aficionados a los que no les hacía ninguna gracia que su equipo llegara a la ciudad el día del partido o el sábado por la tarde con el equipo rival y el trío arbitral y se marchase a la carrera para no perder el barco.
En el peor grupo cuarto que se recuerda, con el recién ascendido Linense y el Lucena con todas las papeletas para jugar el play off, la AD Ceuta se encuentra en la zona media de la clasificación, en tierra de nadie, a un mundo de la zona noble y muy alejado de los puestos que dan derecho a disputar el torneo copero.
Y lo peor no es esto, sino la situación económica que puede desencadenarse si los futbolistas no cobran, pues aunque la permanencia está de sobra al alcance en los terrenos de juegos, existe el peligro de un descenso administrativo a Tercera División.
José Antonio Muñoz, que tildó a los anteriores directivos de la AD Ceuta de personas que tan solo conocían el fútbol base, ha recibido una lección en esta nueva etapa y comprobado que del pasado no se vive.