Esa es una palabra de hondo contenido y que proclama un estado de cosas verdaderamente grave. En nuestro Diccionario de la Lengua, la palabra sedición aparecen con dos significados, a cual más serio y preocupante. La primera de ellas señala que sedición es “Alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar, sin llegar a la gravedad de la rebelión”. La segunda aceptación señala que sedición es “Sublevación de las pasiones”. Es evidente que para cualquiera de los dos supuestos es necesaria una determinada acción que deshaga esas situaciones en el plazo más breve posible y con el menor costo posible de todo tipo.
Pues bien, en la página editorial del Diario ABC, de fecha 12 de septiembre de 2013, se puede leer, como cabecera de dicho editorial, el siguiente texto: EL GOBIERNO DE ESPAÑA DEBE HACER FRENTE A LA SEDICCIÓN INDEPENDENTISTA... Más adelante destaca, con el siguiente párrafo: “El Ejecutivo autonómico catalán quiere romper el estado y el marco jurídico que todos los españoles acordaron otorgarse por abrumadora mayoría. El Gobierno de Rajoy no puede seguir inhibiéndose ni dialogando en la sombra con los sediciosos que incumplen la ley”.
Finalmente el Editorial recalca una conclusión que creo comparte muchas gente. Dice, en esa conclusión lo siguiente: “ABC pide al gobierno un cambio de rumbo y que tome las medidas necesarias para defender la unidad de España, tal y como demandan la mayoría de los españoles”.Creo que es muy conveniente , necesario podría decirse, leer con atención esa editorial pues expone razonamientos serios sobre una cuestión vital para nuestro país: la unidad de España cuestión esa por la que todo español piensa con preocupación mientras ve que se dedica mucha atención, casi enfermiza, a temas menores incluso en el Parlamento.
Es cierto que el Gobierno esta haciendo frente a muchas e importantes cuestiones, tales como la Economía y una secuela de ella muy importante como es el gran número de personas que se encuentran sin trabajo. Todo cuanto trabaje en esas cuestiones merece el máximo respeto por parte de los españoles; es una labor ardua y sumamente complicada en la que pesan los intereses de otros países y por ello hay que tener una gran fortaleza nacional y no aparecer, casi a diario, en los medios internacionales como un país dividido. Mal favor se hace a España con la muestra de unos intereses que la debilitan. España ni quiere ni necesita que se planteen problemas que no tienen fundamento. Hay otras muchas cosas a las que atender seriamente, con inteligencia, serenidad y fortaleza.
Si se le da importancia a la desaparición, por la realización de una obra, de cinco impactos de bala en el techo del Congreso, cuantas más hay que darle a lo que se pretende, por algunos, con la demolición de la unidad de España. Seamos sensatos.