¿Se fía la Ciudad del Ingesa?

¿Se está fiando la Ciudad del Ingesa? ¿Se está fiando la Consejería de Sanidad, Consumo y Gobernación del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria? ¿Se fía el Gobierno de Ceuta del Gobierno central? Son muchas las preguntas que nos podemos hacer en estos momentos. En unos instantes donde se habla de la necesidad de unidad, de entendimiento, de solidaridad, nos estamos encontrando con situaciones que, seguramente, es necesario comenzar a comentar porque una cuestión es la unidad y otra perjudicar a los ciudadanos de Ceuta que, en definitiva, son los pacientes estoicos de cualquier decisión que se tome en la capital del Reino.

Resulta que ya estamos escarmentados de lo que estamos viviendo en materia económica y que obliga a que la Ciudad Autónoma hoy tenga que mantener una entrevista telemática con la secretaria de Estado de Hacienda porque ni siquiera nos pagan los 7,2 millones de euros que nos deben del año pasado y que han sido gastados por la Ciudad Autónoma.

Por supuesto, que el Gobierno de Vivas, porque la experiencia no cambia y así está siendo desde hace casi veinte años, la lealtad institucional siempre ha sido una prioridad absoluta en su funcionamiento.

El Ejecutivo siempre ha defendido, porque es un pensamiento de su presidente, que Ceuta necesita la ayuda y el entenderse siempre con Madrid porque en ello nos va la vida.

Por ello, y porque existen pruebas más que suficientes a lo largo de los últimos lustros, no podemos por menos que asegurar que en esta situación de lucha contra el coronavirus la ayuda es totalmente clara y tajante.

El mismo presidente Vivas dijo claramente en su comparecencia del pasado domingo que aquí estaba su Gobierno para ayudar en todo lo necesario.

En unos momentos donde toda la capacidad de gestión, ya que así lo establece el Real Decreto de Estado de Alarma, la cabeza visible es la Delegación del Gobierno en nuestra ciudad para todo lo relacionado con el coronavirus y, por tanto, servicios de la Ciudad como la misma Consejería de Sanidad, Consumo y Gobernación en materia de salud pública o en todo caso la Policía Local están a las órdenes de la máxima representación del Gobierno en Ceuta. Pero no olvidemos tampoco que el representante del Estado en Ceuta sigue siendo el presidente de la Ciudad Autónoma que es Juan Vivas. Valga esta larga introducción para recordar el malestar que existe porque Ceuta no está siendo tratada con cariño por Madrid.

Una cosa es que nuestra situación sea, en estos momentos, idílica si lo comparamos con otros puntos del territorio nacional y bien distinto es que estamos en la fase de contención y no hemos pasado a la siguiente donde ya el contagio es pleno.

Y hay dos situaciones que nos diferencian del resto de los ciudadanos españoles. La primera de las denuncias se la hizo el presidente Vivas al presidente Sánchez y va en relación con las pruebas de diagnóstico: las matemáticas nunca fallan. Por cada cien mil habitantes en Ceuta se han hecho cien pruebas y la media nacional es de setecientos cincuenta y cinco. La diferencia es más que palpable.

Y la segunda es la situación que se vive con ese henchimiento que se produjo la semana pasada anunciando que Ceuta ya contaba con la máquina que realiza las pruebas, los PCR, en un período de tres o cuatro horas. Comenzaron el viernes y el lunes ya las han tenido que suspender porque no cuentan con bastante material fungible.

¿Será esta la razón que ha llevado a la Ciudad Autónoma a comprometerse a traer a Ceuta veinte mil pruebas rápidas, denominadas también coreanas, que permiten en quince minutos detectar si un paciente tiene o no coronavirus? Me explico, después de lo que ha pasado con las pruebas de diagnóstico y que la máquina de los PCR está prácticamente infrautilizada, lo mismo piensan en la Ciudad que no nos enviarán suficientes test coreanos para la población ceutí. Por eso dan el paso adelante.

Ante este panorama recuerdo la situación que vivió el anterior delegado del Gobierno y el propio presidente de la Ciudad quienes terminaron totalmente amargados con el ministro del Interior del último gobierno de Mariano Rajoy. Por más que le pidieron, que se reunieron y que hablaraon, nunca cumplió con su palabra. Ello hace que piense que desde Ceuta, tanto desde la Delegación del Gobierno como desde el Ingesa se están haciendo peticiones permanentes al Gobierno central y que nos traten como siempre, una gota de agua en el océano y, por tanto, poca querencia.

Confiemos en que todavía estemos a tiempo de enderezar la situación y que las explicaciones de entendimiento, de funcionamiento al unísono y de lealtad institucional (en las dos direcciones) se reconduzcan porque todavía estamos a tiempo, ya que resulta que esta crisis va a ser larga y las consecuencias todavía más largas.