Casi diez años después de que el Gobierno de Juan Vivas prometiera transformar el antiguo vertedero de Santa Catalina en un vergel, el parque se presenta como la imagen indeseada para Ceuta.
Con esta quiere terminar el Ejecutivo local en este julio cuando, ahora sí, comenzarán los primeros trabajos en el lugar.
Ya se anunciaron en abril, después de que los temporales mostraran buena parte de los desperfectos causados así como la ausencia de protección en muchas de estas zonas. Ahora se confirma que, con total seguridad, Tragsa y la Consejería de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos trabajarán codo con codo en sacar adelante la reforma.
Concretan más. “Primero se hará una limpieza de las cunetas, caños y badenes” para luego pasar a la construcción de “muretes de mampostería y cubiertas” retirando antes las que están dañadas.
Esta será la primera actuación. De ahí se pasará a la retirada del mobiliario y maceteros que no estén en buen estado para, por último, ejecutar el movimiento de tierras, nada más y nada menos que de 12.000 toneladas.
“Se empezará en julio”, confirman fuentes de la Ciudad Autónoma a El Faro de Ceuta procediéndose tras esas acciones a la instalación de un sistema de riego y la plantación de especies adaptadas al clima que no mueran como sucedió con las predecesoras.
Estos son los planes manejados por las áreas implicadas para resolver el gran problema enquistado en lo que nunca fue un parque que pudiera adecuarse a lo que se publicitó a los medios.
La maquinaria para realizar ejercicio fue retirada después de quedar completamente oxidada y ser de hecho un peligro para sus usuarios. El mobiliario urbano dispuesto quedó dañado y avejentado, amén de que todas las especies plantadas se quemaron ya que nunca fueron aptas al clima que se da en esta zona.
La inversión que quiere concentrarse en este punto asciende a los 4 millones y la propia Tragsa ha considerado que se trata de una de las actuaciones en las que está especializada.
Todo lo que se puso en marcha en este lugar fracasó sin llegar a convertirse ni por asomo en la hilera de fotografías que se difundieron como ejemplo de lo que podía llegar a ser.
Las especies que se plantarán serán las propias de zonas sectas y mediterráneas como es el caso de las variantes de Cistus o arbustos como los Tamarix nativos de las áreas más secas de Eurasia y África.
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