Estalló la polémica de la semana y lo hizo después de las declaraciones ofrecidas por la senadora Luz Elena Sanín, al recomendar que se les quitara el pasaporte a las embarazadas marroquíes como forma de evitar los fraudes sanitarios que desde hace años se están produciendo en la ciudad. Los partidos políticos, como no tienen más juego que practicar, se lanzan a la piscina en busca de la senadora para pedir que dimita, para acusarle de xenófoba o para pedir que pida disculpas, de rodillas, en plena plaza de África. Todavía falta quien pida que la pobre Sanín suba a San Antonio para martirizarla viva. Ya pasó con Carolina Pérez y ahora le toca a la colombiana.
El error de la senadora ha sido uno: confundir la sede del PP con una cafetería y a los periodistas con sus colegas. Por mucho que puntualizara que esa era su opinión personal, debía haber abandonado la sede de Ainara y haber manifestado sus propuestas de forma ajena a la comparecencia que sobre Sanidad se esta dando. Todo lo demás es cuento y las partes siguientes a la polémica son una mera demostración del exceso de orgullo y de la falta de coordinación en el seno popular. La senadora dijo lo que dijo y nadie en el PP ha salido hablando claro sobre el tema, ni tan siquiera defendiéndola de los ataques personales recibidos o criticándola por haberse equivocado de escenario... porque la rueda de prensa de ayer de Carreira no puede ser más que un ejemplo de mayor confusión.
Para más inri tenemos a la plana mayor popular en el Senado que asegura ayer, por boca de su portavoz Barreiro, que la senadora más o menos había pedido perdón y había reconocido su error, mientras ésta niega la mayor y se mantiene en sus trece. Así que el conflicto político, o sea, ese peculiar cajón de sastre popular se ha hecho aún más evidente.
¿Y cómo ha podido llegar esta revolución hasta el PP? Por un simple error de cálculo, porque eso fue lo que pasó, que Sanín confundió la charla de los viernes con la sede popular y nadie, ni la secretaria general del partido ni quienes deben organizar adecuadamente las ruedas de prensa, estuvieron atentos. ¿Quién ha dado la orden de que los parlamentarios den ruedas de prensa por separado, como si estuvieran enfrentados entre sí, perdiendo aquellas comparecencias de antaño de los sábados por la mañana todos unidos?
No el gasto derivado de la atención a embarazadas marroquíes sino las mafias que hay detrás viene de lejos, lo que pasa que la crisis es nueva y ahora hay que buscar investigaciones donde antes se negaron o donde antes no quisieron ni atenderse por una permisividad que ha dado lugar al desastre en que estamos atrapados. Sanín dio su opinión como cualquier ciudadano, aportando una idea particular que, a mi parecer, es descabellada... se equivocó en el lugar y ahora se ha visto atacada por la oposición presta a buscar cualquier escandalera pero, lo peor, por un partido, su partido, que ha hecho de todo menos ayudarla a salir de ese río revuelto. Vaya tela, marinera.
P.D.: ¿Por qué Luz Elena estaba sola en el PP en su rueda de prensa y ayer Carreira estaba rodeado de un montón de palmeros para escuchar sus perlitas? Ellos sabrán.