La Consejería de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de nuestra Ciudad activará el plan de prevención ante olas de calor que superen los 34 grados y simultáneamente la mínima se sitúe por encima de 23,2.
La puesta en marcha de este protocolo, implantado desde 2004 en Ceuta, tiene por objetivo reducir la morbi-mortalidad -fallecimiento o incidencia de enfermedades- por causas en las que la temperatura es el factor desencadenante.
Durante el verano pasado, 13 personas tuvieron que ser asistidas en el Servicio de Urgencias del Hospital Universitario de nuestra Ciudad por problemas derivados de las altas temperaturas, que en 2018 tuvo su máximo en cinco días de agosto y uno de julio. En esos casos, las temperaturas máxima o mínima superaron los umbrales, pero no ambas de manera simultánea, por lo que no se registraron alertas.
La Consejería de Sanidad recuerda que desarrolla, en colaboración con el Ingesa, un plan con previsiones de temperaturas en base a cuatro días siguientes. A partir de ahí, se establece un plan con cuatro fases o alertas: verde ("información y vigilancia", sin riesgo); amarillo ("alerta", cuando se sobrepasa a la vez las temperaturas máxima y mínima normales en esta época del año en la ciudad), naranja ("alerta de riesgo", cuando se prevé que se van a sobrepasan los citados umbrales durante tres o cuatro días) y roja ("medidas de intervención", cuando las temperaturas extremas –máxima y mínima– se prolongan durante cinco o más días).
Como ola de calor se entiende, sin que haya aún una definición consensuada, un periodo caracterizado por temperaturas anormalmente elevadas o por invasión de aire muy caliente. En el caso de Ceuta, el umbral de temperatura - cuando supera el percentil 95 de las series de temperaturas entre junio y septiembre de los últimos diez años - estará situado este verano entre los 23,2 y los 34 grados.
Cuidado con trabajos y deportes al aire libre
Además, la Consejería de Sanidad de nuestra ciudad añade que hay que tener mucho cuidado con los efectos de la ola calor. Se pueden producir tres cuadros distintos por las altas temperaturas: calambres musculares por deshidratación; colapso por calor, que es el más frecuente e igualmente producido por la deshidratación y cuyos síntomas se presentan en forma de sudoración, mareos, náuseas o vómitos; y el golpe de calor, que es el más grave. En este último caso lo que se produce es un síndrome de fallo multiorgánico por agotamiento en los mecanismos termorreguladores, que puede ocasionar la muerte o una incapacidad permanente. Los síntomas son piel roja, caliente y seca, pulso rápido y fuerte, dolor palpitante de cabeza, mareo, náuseas, confusión y pérdida de conocimiento.
Aunque los efectos de la ola de calor puede producirse en cualquier persona, tienen mayor riesgo los niños y las personas mayores, así como aquellos que sufran alguna patología cardiovascular (hipertensos), respiratoria (asmáticos), neuropsiquiátrica, metabólica y renales, etc. También hay que tener especial cuidado al hacer deporte al aire libre o aquellos trabajadores que les toque ejercer su función a la intemperie.