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La cruel práctica de verter sustancias tóxicas no sólo afecta a animales, sino que puede derivar en graves riesgos para niños
Los ciudadanos del Centro temen por la vida de sus perros, pero también han mostrado su creciente preocupación por el riesgo que corren los niños ante la habitual presencia de veneno en las calles, una cruel práctica que se ha convertido en algo demasiado frecuente en la ciudad y que desde la Consejería de Sanidad aseguran que es “difícil” de controlar. “El problema de estas acciones es que hay que coger a la persona in fraganti para poder actuar”, aseguran fuentes del área.
Recientemente varias calles del centro aparecieron cubiertas de una sustancia, posiblemente matarratas, que ha sido la supuesta responsable de la muerte de tres perros domésticos y una cifra indeterminada de gatos callejeros. Ha sido el último caso, pero desgraciadamente no el primero. Hace un tiempo, algunos vecinos de las inmediaciones de Plaza Azcárate advirtieron de la aparición de una sustancia desconocida que recorría las calles Canalejas y Álvarez, llegando incluso a alcanzar una de las puertas de acceso de los alumnos de Educación Infantil del colegio Lope de Vega. En el caso de que un niño ingiera accidentalmente este producto puede derivar en graves consecuencias para su salud. Precisamente, algunos vecinos de la zona sufrieron insuficiencia respiratoria y dolencias en la garganta tras caminar por los lugares donde había aparecido el supuesto veneno.
Desde la Consejería instan a los ciudadanos a denunciar este tipo de actos para que sus autores puedan ser sancionados. Además, recuerdan que este tipo de vertidos en las calles “es totalmente ilegal”. Al parecer, la sustancia más habitual más empleada por estos sujetos es el azufre, cuyo color amarillo es fácilmente reconocible y que los responsables de esta deleznable acción adquieren en Marruecos. “Aquí en Ceuta no se puede comprar, los que echan este producto en las calles lo traen desde el país vecino”.
Al verter esta sustancia en las calles, estos sujetos desconocen el grave riesgo que están causando a la salud pública. Esta infracción conlleva una sanción económica y en nuestra ciudad al menos un individuo ya ha sido multado al haber sido reconocido como autor de este delito.