Las mesas, que estarán atendidas por profesionales sanitarios, se colocarán en los centros de salud y en el hospital
La Consejería de Sanidad, Servicios Sociales, Menores e Igualdad y el Ingesa han organizado de manera conjunta y coordinada el próximo viernes, día 17, una jornada informativa para fomentar el uso prudente de los antibióticos, en colaboración con los Colegios de Médicos y Farmacéuticos. Para ello, se instalarán mesas informativas, que estarán atendidas por profesionales sanitarios, en todos los centros de salud y en el Hospital Universitario. Esta jornada se realiza con motivo de la celebración, el sábado día 18, del Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos, una iniciativa de salud que se celebra simultáneamente en toda la Unión Europea y cuyo objetivo principal es el de alertar sobre el preocupante incremento de las resistencias a antibióticos y actuar contra esta tendencia, promoviendo un uso adecuado de antibióticos por parte de todos los implicados en su ciclo de prescripción y dispensación, e informando a los pacientes sobre los riesgos de la automedicación con antibióticos.
Información para profesionales
Para ello, la Consejería de Sanidad, Servicios Sociales, Menores e Igualdad y la Dirección Territorial del Ingesa han editado diferentes materiales informativos, destinados tanto a los profesionales sanitarios, como a la población en general, y los pondrán a disposición de los mismos tanto en formato digital, como en soporte físico en papel. La celebración de este Día forma es una de las líneas estratégicas de actuación del Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos, donde participan de manera activa tanto la Consejería que dirige Adela Nieto como la Dirección Territorial del Ingesa en Ceuta.
Una amenaza poco visible
En la actualidad, el desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos constituye una de las amenazas más serias para la salud pública; las bacterias multirresistentes causan 25.000 muertes al año en Europa. Alrededor de 2.800 personas mueren cada año en España por este motivo. Además, este problema genera un gasto sanitario adicional de unos 1.500 millones de euros en la Unión Europea.