La Consejería de
Sanidad, Consumo y Gobernación de Ceuta entiende que la celebración del
Aid El Kebir supone “un grave riesgo de propagación del
coronavirus”. Es la conclusión a la que llega el departamento autonómico a la luz de los informes que fueron solicitados a los técnicos del departamento. Ante las competencias que tienen asumidas se considera que la misma Ciudad Autónoma no garantiza “la seguridad en la propagación del COVID-19".
Son dos los servicios que ofrecen este análisis de la situación. Por un lado, el Servicio de Prevención y Promoción de la Salud que estudia las repercusiones que se pueden dar en los humanos y el Servicio de Sanidad Animal que analiza los problemas derivados por el propio ganado.
Tres son las razones en las que basan la mencionada negativa: la primera la encuadran en que son varios los miembros de cada familia quienes acuden para elegir y adquirir el animal (se está hablando de unas cinco mil cabezas). La segunda es lo que puede suceder en las explotaciones de ganadería el día antes de la festividad donde suelen producirse aglomeraciones de personas y también de vehículos, dado que las mismas se encuentran fuera del núcleo urbano. Y en relación con las propias carpas reflejar que los problemas se ven en la poca ventilación de las mismas cuando en su interior se acumulan no solamente los trabajadores de la Ciudad, sino también el personal de seguridad sin dejar de lado a los propios familiares. En estos tres momentos de la propia festividad se diagnostica que es imposible contar con las medidas higiénico-sanitarias y la distancia de seguridad.
En las conclusiones a las que llega la Consejería a partir de los dictámenes de los técnicos es que nos encontramos todavía dentro de una crisis sanitaria aunque ya hayamos llegado a la denominada ‘nueva normalidad’, pero “su superación no ha sido oficialmente declarada ni en el ámbito nacional ni en el internacional”. Además recuerdan el miedo que existe a los posibles rebrotes y que es obligatorio que se pongan en marcha medidas preventivas hasta que no se produzca de manera oficial el punto y final de la crisis sanitaria.
El mismo departamento autonómico estima que, según sus propias competencias, que están asumidas de manera directa desde el punto y final del Estado de Alarma, tiene la obligación de tomar medidas preventivas, aunque “los efectos de la pandemia han sido controlados gracias a las medidas de contención adoptadas, su naturaleza y evolución imprevisible”.