Sánchez ofrece colaboración a la justicia y a los otros Cuerpos

El comisario principal Alfonso Sánchez Núñez fue presentado ayer de manera oficial como jefe superior de la Policía Nacional, en un acto que se desarrolló en la Delegación del Gobierno ante la presencia de las máximas autoridades civiles y militares.

El primer mensaje ofrecido por quien está llamado a llevar las complicadas riendas de la Jefatura ceutí tuvo como destinatarios a la Benemérita y a la Policía Local, a cuyos mandos ofreció “colaboración” siempre en base a lo que marca la ley. De la misma dependerá, advirtió, el grado de “eficacia” que se alcance. Un mensaje que cobra relevancia ya que tras el cierre de la etapa de mando de Mélida las relaciones entre las dos fuerzas de seguridad del Estado no están en el mejor momento, más si cabe tras la ahora investigada denegación de auxilio que se produjo tras la frustrada avalancha del pasado 4 de marzo o los cuantiosos ejemplos habidos de nulo intercambio de información entre CNP y Benemérita.
El siguiente mensaje fue dirigido al ámbito judicial, al que también ofreció un trabajo en coordinación y “con lealtad”; mensaje que fue recibido por los pesos pesados de este ámbito presentes en el acto: el presidente de la Sección VI de la Audiencia, Fernando Tesón, y el fiscal jefe, José Luis Puerta. En este punto hay mucho camino que recorrer después de que los últimos casos sonados en el ámbito policial hayan chocado con el razonamiento jurídico plasmado en la mayoría de los casos en sentencias absolutorias.
Sánchez Núñez, cuyo perfil profesional vinculado al ámbito de la seguridad ciudadana se adecua al que reclamaba el propio delegado del Gobierno, calificó su nombramiento de “acto de confianza”, por lo que “responderé con fidelidad y trabajo abnegado”, dijo, en esta “española ciudad”, matizó.
El nuevo jefe superior llega con ganas de colaborar con todas las instituciones, asociaciones de vecinos, sindicatos de la Policía e incluso con los medios de comunicación. Su tarjeta de presentación se basa en el pretendido cumplimiento de objetivos como el de que la Policía logre una mayor cercanía al ciudadano o que prevalezca el “diálogo” y el “entendimiento” con los sindicatos del ramo en la búsqueda de la siempre ansiada paz social (ayer solo estuvo presente el representante sindical del SUP).
Sánchez se bautizó ayer como “ciudadano de esta ciudad” y tras 36 años vinculado al mundo de la Policía, llega a Ceuta con la idea de, contando con un buen equipo, lograr más éxitos en la lucha contra los considerados asuntos más graves: la inmigración (sobre la que hay que actuar bajo el “difícil equilibrio entre firmeza y solidaridad” para “luchar contra quienes convierten las migraciones en un negocio”, dijo), la trata, la violencia de género o la delincuencia organizada, además del consabido narcotráfico. Habló de atender la delincuencia multirreincidente o la que afecta a los menores y elogió el trabajo hecho por su predecesor, Pedro Luis Mélida, comprometiéndose a “redoblar esfuerzos en los asuntos que han conmovido a esta ciudad”, indicó, en clara referencia, aunque sin citarlos expresamente, a los episodios con uso de armas de fuego que se han registrado.
Sánchez Núñez, antes de en Ceuta, ha estado destinado en Madrid, Vitoria, Getafe y Móstoles, cuenta con una dilatada experiencia en puestos operativos y ha dirigido la Brigada de Seguridad Ciudadana de Madrid. Áreas con problemáticas bien distintas, nada que ver los problemas enquistados en el País Vasco por la presencia de los simpatizantes con la banda terrorista ETA con la inmigración que, en momentos cíclicos, escupe desgracias como la reciente del 6-F, que puso al descubierto las carencias en todas las fuerzas de seguridad tanto de medios como de números además de protocolos de actuación. El nuevo mandatario policial habló de la inmigración clandestina y de la forma para afrontarla. “España se ha convertido en una tierra de acogida y acoger es integrar pero ello no es posible sin respetar la legalidad vigente”, advirtió.
Entre los distintos cursos de formación que ha realizado relacionados con áreas de Policía Judicial y especialización en dirección y mando de Unidades de Intervención de la Policía, destaca el Master en Dirección y Gestión de la Seguridad impartido por la Universidad Carlos II de Madrid.
Su perfil ha sido designado de manera específica por el Ministerio de Interior, el director general, contando con las querencias que, en materia de seguridad, reclamaba para Ceuta el propio delegado del Gobierno, bajo cuyo mandato han pasado ya dos jefes superiores distintos: Pedro Mélida y Jose Luis Torres.
A Sánchez le toca ahora la complicada tarea de abordar problemas enquistados en la ciudad como la resolución de la delincuencia asentada ya no solo en barriadas como la del Príncipe, sino extendidas al ámbito del extrarradio. En las últimas semanas se han producido varios actos delincuenciales con uso de armas de fuego.

“Es la mejor apuesta” de la Policía para “mandar Ceuta”

Aunque al principio se esperaba contar con la figura del director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y luego con el DAO, director adjunto operativo, Eugenio Pino, finalmente la representación de la Dirección General estuvo de manos de Pedro Polo, subdirector general de Logística. Éste tuvo palabras de elogio para el que se va, Mélida, y para el que llega, Sánchez, al que le dijo que cuenta con una “plantilla de calidad” para lograr “éxitos” en los distintos frentes delincuenciales abiertos. Polo definió al nuevo jefe como un “profesional de garantía”, con amplios conocimientos y que dispone de varias condecoraciones por su labor policial. “Es la mejor apuesta” de la Policía para “mandar Ceuta”, un ciudad especial por su “problemática e idiosincrasia” y no exenta de dificultades.

“Que paguen su horrible crimen”

C.E. ceuta
Tercer jefe superior con el que el delegado del Gobierno tendrá que intercambiar impresiones, hablar de delincuencia, de soluciones y hasta evaluar si lo que está pasando en Ceuta es inseguridad subjetiva, como hasta la fecha ha mantenido González Pérez junto a los mandos policiales, o más real que los disparos que se están sucediendo, como comprueba la población.
González tuvo sus primeras palabras para el joven Munir, asesinado en la madrugada del pasado viernes en el Príncipe. Era el de ayer el primer acto en el que el delegado decía algo sobre este crimen, que ha abierto una auténtica brecha sangrante en el Príncipe, atribuyendo el asesinato del joven a la “maligna lacra”. Pidió a todos “los uniformes” asistentes al acto que actúen para que los que mataron a Munir “paguen su horrible crimen”, sentenció.
El delegado reconoció la “lealtad y profesionalidad” de quien se va, el ex jefe Pedro Mélida, cerrando su ciclo de mando con un descenso de delitos en el cómputo general, aunque afeado por el “repunte” en la criminalidad que ha habido en los últimos meses y que vinculó a ajustes de cuentas relacionados con el narcotráfico.
Al nuevo jefe le reconoció que Ceuta es una “ciudad compleja”, punto estratégico del país, confiando en que “la gran experiencia” del ahora responsable de la Jefatura sirva para encauzar las acciones en materia de seguridad.
A Sánchez lo presentó como una apuesta del Gobierno de España para “dotar de buenos gestores” a la Jefatura ceutí, encuadrando en esta causa el cambio en las jefaturas de varias ciudades. “Tiene una tarea complicada”, le dijo a Sánchez, en una Ceuta que por su connotación geográfica y sus problemas de frontera, recibe problemas que no se dan en otras ciudades. Pidió que no se bajara la guardia en la lucha contra el narcotráfico, el tráfico de seres humanos, la violencia de género o las redes y lanzó un mensaje directo a todos los presentes pero, sobre todo, a los mandos de las distintas fuerzas de seguridad: “La seguridad se consigue con todos”.
Aludió a la colaboración ciudadana para crear “una sociedad libre de delincuencia”, recordando que si “todos nos implicamos” será menos difícil de lograr.
“La colaboración nos hará más fuertes frente a la delincuencia”, significó González, en un mensaje directo a los mandos de las distintas fuerzas de seguridad que, se supone, ya colaboraban.