Arena, mar, la familia, las tradiciones, los deseos, los juegos, los saltos, las empanadas, las bebidas y el fuego. La noche de San Juan siempre llega en el mismo día, pero cada uno elige cómo, dónde y con quién celebrarlo.
Es la noche más corta del año, seguramente una de las que más tradiciones y momentos inolvidables arrastra. Los ceutíes, en 2019, han vuelto a sus playas para quemar sus malos recuerdos del último año y pedir por una buena entrada del verano.
En la playa del Chorrillo es donde se concentra el ambiente más familiar, más conocedor de la tradición y que mejor recuerda cómo han sido las noches de San Juan de su infancia -porque es aquí donde los padres y madres han explicado a sus hijos qué hay que hacer la noche del 23 al 24 de junio-. Hubo familias como la de Juan Antonio, un hombre que celebra dos festividades muy ceutíes, que ha aprovechado para reunir a los suyos y celebrar su santo. “Viene mi familia de Córdoba y de Jaén, aunque el lunes haya que trabajar”, ha comentado, apuntando que pese a tener que madrugar, se ha vuelto a mojar los pies este año.
Otras familias del Chorrillo aprovecharon para darse un buen maratón de playa, montando sus bártulos a primera hora del domingo y armarse de protección solar. Carlos y Ana, junto con la ayuda de sus familiares, han preparado comida y bebidas “para un regimiento” y esperaron más de 12 horas en la playa para cumplir con la tradición. “Eso sí, una vez hayamos metido los pies en el agua nos subimos, que mañana hay que trabajar”, ha comentado ella.
En la Ribera se concentra el gran mogollón juvenil. Adolescentes y jóvenes adultos aprovechan la velada para despedirse de sus compañeros de curso y celebrar -u olvidar- las notas de los exámenes. No fallaron los incondicionales de las juergas como Koke, vendedor de cócteles amateur en melones a cinco euros. Repitió su eslogan a amigos y desconocidos de todo el litoral: “Si quieres melones Koke, dame un toque”. También hubo momentos de reencuentro de estudiantes de la Península que vuelven a la ciudad para disfrutar de las vacaciones, como el grupo de estudiantes de Derecho de la Universidad de Granada que insistió para que esta crónica recogiera el siguiente mensaje: “Muchas felicidades mamá, te quiero mucho, lo estoy pasando bien”.
Una iniciativa que ha destacado en esta playa ceutí ha sido la recogida de basura participativa por parte de EcoCeuta. Esta empresa local ha instalado una carpa en la que animaban a cualquier fiestero a traer restos de cigarros, bolsas, latas, botellas, tapones y demás residuos de plástico a cambio de recibir raciones de empanadas, tortillas o incluso montaditos. Las existencias se han ido agotando conforme se acercaba el punto álgido: la medianoche.
Con las felicitaciones a los ‘juanes’, la quema del ‘Juanillo’ y el lanzamiento de fuegos artificiales queda más que inaugurado otro verano más en la ciudad autónoma. Otro año en el que se piden los deseos, se saltan las ascuas varias veces y se queman los malos recuerdos de la última temporada. Creyentes, supersticiosos y escépticos coinciden en que, si sus deseos para este año no se cumplen, que al menos se quede lo más importante: la salud para los más queridos.
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