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Los vecinos de las calles Martín Moreno y Trujillo González temen que cualquier día atropellen a un niño porque circulan a toda velocidad.
Los vecinos de San José-Hadú ya están hartos de solicitar a Obimace y a la Consejería de Fomento que instale nuevos badenes en las carreteras de la barriada y sustituya aquellos que están deteriorados. No obstante, han tenido que ampliar su petición a otras dos calles porque, como trasladó el presidente de la Asociación de Vecinos, Hamido Mohamed Selam Frugui, las motos las recorren “a toda velocidad para esquivar los controles” de las fuerzas de seguridad en las avenidas principales.
Los propios residentes de las calles Martín Moreno y Trujillo González trasladaron al portavoz vecinal que temen que “cualquier día puedan atropellar a uno de los niños que juega en los callejones de la barriada” aprovechando que hace menos calor al final de la tarde. “Las motos van volando porque no se encuentran ningún badén ante el que tengan que reducir la velocidad”, indicó el presidente de la entidad vecinal.
Frugui explicó que el gerente de Obimace, Gregorio García Castañeda, tiene conocimiento directo de la demanda de San José-Hadú ya que se la han reiterado en diversas ocasiones incluso personalmente. Pero, lamentaron quienes habitan San José-Hadú, el caso ha sido omiso tanto por su parte como por la de la Consejería de Fomento.
El inventario de vías que requieren de estos resaltos de goma volvió a ser enumerado por Frugui pese a que sea conocido: Marqués de Lede, Miquel Lara, Marcelo Roldán, Trujillo González y Martín Moreno.
La calle Teniente Coronel Gautier merece mención aparte, como indicó el presidente de San José-Hadú, porque el badén a la altura del ‘Tívoli’ está “medio arrancado”. Frugui demandó a Obimace su restitución así como repintar la señalización horizontal porque “hasta el paso de peatones está borrado”. Este portavoz del vecindario se preguntó cómo fijan los operarios de la Ciudad Autónoma estos resaltos a la calzada porque “cada dos meses están rotos”, mientras que en “Castillejos están bien apuntalados al suelo”.