Las obras de reforma del parque de San Amaro se encuentran dentro del plazo de la prórroga solicitada por la empresa adjudicataria y estarán culminadas para la celebración de la Mochila. Son, al menos, las previsiones que el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ofreció ayer durante su visita a las dependencias a fin de comprobar el desarrollo del proyecto.
Pese a que ya debía haber culminado, el retraso de la obra está motivado por las lluvias que entre los meses de enero y marzo asolaron a nuestra ciudad, ralentizando los trabajos y provocando que la empresa solicitara una prórroga que ampliaría los ocho meses iniciales en que estaba planteado el plazo de ejecución.
“Ahora se requiere un esfuerzo adicional a la empresa para que ese plazo prorrogado se cumpla definitivamente y el Día de la Mochila la obra esté terminada y parque abierto”, confía Vivas.
Durante su visita, el presidente resaltó la importancia de las mismas, no sólo en lo que a cuantía se refiere (2,7 millones de euros), sino por su finalidad. “Es una instalación muy apreciada por los ceutíes, por su carácter histórico, -data de principios del siglo XIX-, pero también por razones de índole sentimental. A San Amaro hemos venido todos en distintas edades: de niños, con los niños y algunos ya con los nietos, y forma parte del ámbito de lo afectivo y sentimental”.
La obra, explica Vivas, está siendo “respetuosa”, al caracterizarse, fundamentalmente, “por preservar las esencias del parque y potenciar sus atractivos”. Desde esa perspectiva incorpora como novedad la desaparición del anterior ambigú o el escenario, lo que lleva a “una apertura del parque a su entorno”. En este sentido, comprende, como uno de sus atractivos, la su futura integración del que se convertirá en el paseo marítimo de San Amaro, solicitado al Ministerio de Medio Ambiente y la Dirección General de Costas.
Otra de las novedades resaltadas por el presidente es la puesta en valor de la fuente central de Nicolli, junto a otras tres nuevas fuente “para conseguir que el agua sea un elemento presente y protagonista en el parque”.
Este protagonismo se hace patente en la incorporación de un sistema de captación de aguas pluviales, así como su correspondiente canalización, al margen de la apuesta por la renovación del alumbrado, mobiliario, aseos y juegos infantiles que ocuparán la plaza central.
En el ámbito del mobiliario, y además de las nuevas fuentes, desde la Consejería de Cultura plantean la ubicación de varias esculturas de la artista ceutí Elena Laverón “que confirmarán el sello de calidad que este parque necesita en beneficio de todos los ceutíes”, apunta Vivas.
Además, el proyecto busca la mejora de las comunicaciones interiores, la eliminación de barreras arquitectónicas y el establecimiento de rutas alternativas. Se recupera, asimismo, la vegetación autóctona y se potencia la flora típica del parque de San Amaro.
La Ciudad busca atenuar el impacto del sellado en el cementerio
Si se ha hecho especial hincapié en una cuestión dentro de la remodelación del parque de San Amaro, ésta ha sido en el entorno que rodea estas instalaciones, entre las que se incluye la construcción del futuro parque donde ahora se encuentra el vertedero de Santa Catalina. El movimiento de tierras previo al sellado de esta zona está afectando seriamente al cementerio, generando importantes nubes de polvo y suciedad que afecta al normal desenvolvimiento de este servicio. Según explicaba Vivas, desde la Ciudad se está trabajando en “amortiguar y corregir ese impacto”, para lo cual, añade, se ha derivado al servicio de limpieza de la Ciudad, “aunque también queremos que se implique la adjudicataria del sellado”.
La consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel, ha mantenido una reunión con la empresa y ya se ha efectuado una intensa labor de limpieza. “El objetivo es que mientras duren las obras se atenúen hasta el máximo posible los efectos negativos sobre una instalación que es fundamental al ser un servicio básico y obligatorio. Intentar compatibilizar la obra con el normal funcionamiento de esta institución”, concluye.
La actuación repercute directamente en el entorno medioambiental
El proyecto de remodelación del parque de San Amaro se enmarca dentro de un objetivo más amplio: la construcción de infraestructuras en el Hacho y su entorno, lo que también repercute directamente en el impacto medioambiental, además de patrimonial, al implicar la recuperación del casetón, “testigo, por su ubicación, de la llegada de los portugueses en 1415”, apunta el presidente de la Ciudad, Juan Vivas.
En esta recuperación del entorno, se hace especial hincapié en la conversión del antiguo vertedero de Santa Catalina en parque urbano, “su impacto ambiental va a ser muy positivo porque se va a sustituir por un parque natural de grandes dimensiones, una obra con muchas complicaciones porque hay muchas incomodidades en cuanto a su ejecución, por el perjuicio que está provocando el movimiento de tierras y en particular en una instalación tan particular como es el cementerio”. No obstante, y una vez superados todos esos problemas, se habrá ejecutado una “asignatura pendiente” de la Ciudad: “eliminar el impacto visual tan negativo y el elemento crítico desde el punto de vista medioambiental que supone el antiguo vertedero”, señala Vivas.
En la misma línea, se refirió el presidente a la próxima puesta en marcha de la Estación Depuradora de Aguas Residuales, EDAR, que, en palabras de Vivas, “significa la eliminación definitiva del vertido de residuos al mar en una ciudad que vive tan vinculada a este medio”.
Esta obra implica, además, el traslado de la Estación de Impulsión de la playa de San Amaro, “que permitirá dejar la playa en condiciones de ser utilizada como tal con plenas garantías de salud”.
La actuación en la zona de Valdeaguas también se contempla entre las acciones ejecutadas en este proyecto de reforma. Un grupo de trabajadores está reformando el antiguo edificio de la Sirena.
“Es un conjunto de actuaciones que subrayan la importancia que tiene este proyecto desde el punto de vista medioambiental”, sentencia Vivas.