La Navidad es familia y amigos. Es luz, la que se impone sobre las tinieblas para iluminar la vida de las personas y los pueblos con esperanza, ilusión y optimismo. Esto, que constituye el espíritu de estas fechas en que nos encontramos, no cambia y es lo verdaderamente importante. Sí cambia el ornato, el alumbrado, incluso las costumbres, pero permanece, inalterado, lo que nos convoca en torno a una misma mesa, en una misma casa, en una fiesta… Permanece el significado, lo que celebramos: el triunfo del bien sobre el mal, la victoria de valores como la humildad, la generosidad, la concordia y la fraternidad, que por hacernos mejores hemos de cuidar. Mi deseo es que aprovechemos esa energía, ese optimismo e ilusión para, juntos, ir cumpliendo aspiraciones. Hemos hecho cosas importantes en el pasado reciente y de la mano podemos cumplir más propósitos, porque aún queda mucho por hacer. Mejorar puerto y frontera, infraestructuras estratégicas ya no para Ceuta, que también, sino para España; más y mejores medios en servicios de seguridad, educación, sanidad, justicia, defensa, medioambiente…; políticas para luchar contra la violencia de género y para eliminar las barreras que impiden la plena integración de las personas con alguna discapacidad; generar oportunidades a nuestros jóvenes; insistir en la formación; seguir trabajando para mejorar las comunicaciones de Ceuta con la península; apoyar la actividad productiva local y así crear empleo... Desde el orgullo de ser parte de una tierra hermosa y mágica, como es Ceuta, hago un llamamiento al ciudadano para que estos días, que también son fechas de compras, cuide Ceuta consumiendo en sus comercios y establecimientos. Se trata, en definitiva, de responder al esfuerzo de quien levanta una persiana con actitud solidaria. Porque también solidaridad es la Navidad. Solidaridad con quien lo está pasando mal, ya sea por razones de salud, de trabajo, de pérdida de un ser querido… A quien, cualquiera que sea el motivo, no encuentre consuelo, quiero, desde aquí, enviarle un abrazo sincero y cariñoso y mis mejores deseos para el nuevo año. A toda Ceuta, ¡feliz Navidad y un próspero 2019!
Es una satisfacción aprovechar el amable espacio del periódico “El Faro de Ceuta” para, en nombre de la Comandancia General, felicitar a los ceutíes en estas entrañables fechas, deseándoles lo mejor para estos días y para todo el año que va a comenzar. En Navidad, las calles se llenan de un ambiente inconfundible, las familias y los amigos se reúnen y en las personas surge una predisposición especial para la reflexión, la amistad y la solidaridad. Deseo que para todos sean días de felicidad y paz, de disfrutar de la compañía de seres queridos y amigos y de compartir con ellos momentos de alegría. En estas entrañables fechas, quiero tener un recuerdo especial para todos los hombres y mujeres, civiles y militares que, en este momento, lejos de sus familias y hogares, defienden los intereses de España más allá de nuestras fronteras, garantizando nuestras libertades, defendiendo nuestros valores y velando por nuestra seguridad, para que nosotros podamos celebrar estas Fiestas en paz y armonía. Ojalá que el nuevo año 2019 vuelva a llenar los hogares de ilusiones y que continúe, como siempre ha existido, ese afecto mutuo de Ceuta con su Ejército, que nos alienta y refuerza en nuestra vocación de servicio a España. Feliz Navidad y próspero año Nuevo a todos.
Hace seis meses que fui nombrada Delegada del Gobierno, y en este tiempo he tenido oportunidad de conocer, más si cabe, la realidad de una ciudad que hace más de 40 años me acogió como uno de los suyos y a la que, en justa reciprocidad, he tratado de devolver a lo largo de mi trayectoria política y profesional, la generosidad que a mí me ha demostrado. Me gustaría desde estas líneas, aprovechando estas fechas navideñas, enviar un mensaje de esperanza a todos los ceutíes. Sin la menor duda, con el apoyo y compromiso de todas y de todos, sentaremos las bases de una ciudad que pueda ofrecer un futuro ilusionante a cuantos aquí vivimos. Una ciudad abierta al mundo, más solidaria, tolerante y plural. Yo soy optimista y os aseguro que con la implicación y aportación de todos podremos resolver los principales asuntos que nos preocupan, retomado la senda de la recuperación y del bienestar. Quiero felicitar a todos los ceutíes con motivo de estas fiestas entrañables y familiares, las más alegres de nuestro calendario, unas fechas en las que por ejemplo valores como la solidaridad y la fraternidad adquieren una connotación especial. Ojalá que podamos poner en práctica estas virtudes a lo largo de todo el ano. Feliz Año.
En estos días, tan especiales de Navidad, como Vicario del Obispado de Ceuta, quiero felicitar a todos los fieles de esta Iglesia Septense y a todos los hombres de buena voluntad que compartimos la vida en esta magnifica tierra. Han pasado sólo unos meses desde que fui nombrado Vicario del Obispado de Ceuta por nuestro Obispo D. Rafael. Encomienda que asumí en obediencia a la Iglesia, entrega sacerdotal y cariño a Ceuta. Una nueva misión que llega después de doce años aprendiendo a ser sacerdote entre vosotros. Soy consciente de la responsabilidad que conlleva este nueva misión ante Dios y la Iglesia. Oficio que exige fidelidad y constancia, paciencia y delicadeza, autoridad y misericordia. Pienso que la condición necesaria es dejarse iluminar por la Gracia de Dios, y hacerlo con humildad, siguiendo siempre lo que Dios quiere. Además de escuchar a su pueblo, y sentir como propia sus inquietudes, ilusiones y dificultades; dejándome moldear por la voz y el corazón de sus gentes porque en ellos también habla Dios. En estos días, en comunión con todos los creyentes en Cristo que en todos los países del Orbe, celebramos la Natividad del Señor. A todos vuelve a convocarnos el mensaje del Ángel a los pastores de Belén “Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor”. Conmemoramos, un año más, este gran acontecimiento: Dios se ha hecho hombre y ha puesto su tienda entre nosotros. Tenemos motivos para alegrarnos y felicitarnos. La luz de Belén viene a llenar nuestra tierra de alegría y de paz. Sin embargo, no debemos obviar que vivimos en un mundo profundamente herido. Nuestro pueblo ha sido herido en su buena fe con engaños y mentiras, quizás porque nosotros mismos hemos velado a veces con nuestros escándalos o nuestra mediocridad. Pero es un pueblo herido sobre todo en su esperanza. Ante esta desesperanza la respuesta de Dios al mundo es hacerse hombre: “Ha aparecido la gracia de Dios que trae la salvación para todos los seres humanos”. Durante estos días la liturgia y la fe de la Iglesia nos invitan a contemplar la ternura de Dios en el misterio de Belén. El misterio de Dios se hace cercanía en el niño envuelto en pañales que transforma nuestro corazón y nos hace sensibles ante el sufrimiento humano. “La Gloria de Dios es la vida del Hombre”. Por ello, sólo los que inclinan su corazón ante la pequeñez del pesebre descubren la grandeza del misterio de Belén. Os deseo una Santa Celebración del nacimiento Nuestro Señor Jesucristo y un prospero año 2019.
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