Un centenar de subsaharianos del
CETI ha querido acompañar este viernes a su compañero Elhadj-Bah. Ha sido su último recorrido juntos. Ellos andando, Elhadj dentro de una caja de madera, con solo 20 años de vida. A pesar de que se ha localizado a familiares de este guineano en Casablanca y Málaga, ha sido imposible su traslado a Guinea Conakry, su tierra natal. Entre lágrimas. Muy emocionados. Hombres y mujeres, compañeros en el CETI del fallecido, cuyo cadáver fue encontrado el sábado en la playa de San Amaro, han rezado por él. Algunos quisieron verlo antes de proceder al rezo en el cementerio de
Sidi Embarek.
Después, todos en grupo, emprendieron camino hacia el lugar preparado para darle sepultura.
Bajo tierra ha terminado este joven, que el pasado 26 de julio llegaba a Ceuta tras cruzar la valla con cientos de compatriotas más. Llevaba pocos meses en el centro del Jaral, hasta que la Dirección lo dio por desaparecido. Su cuerpo, ya sin vida, sería encontrado por un chatarrero marroquí en la playa. Elhadj-Bah Khalisou termina su vida en Ceuta, tras un periplo que le llevó desde Guinea Conakry a Marruecos; desde el vecino país a nuestra ciudad. Sus familiares lloran una muerte inesperada, que ha venido a marcar, además, una mayor tensión en el centro de inmigrantes. Los propios compañeros han querido participar en el entierro junto con el personal de Sidi Embarek, le han rezado, han pedido protección y han ofrecido el último adiós en una Ceuta convertida en la última estación para un joven que nunca pensó que tras saltar la valla, tras superar lo más complicado, iba a poner el punto y final a medio camino de conseguir su meta: cruzar al otro lado.