A nado o en una embarcación precaria, da igual, la cosa es llegar al destino a salvo y dejar atrás la pobreza y la injusticia. La búsqueda de una vida mejor es lo que empuja a los inmigrantes a lanzarse al agua y tratar de llegar a las costas de Ceuta superando las pocas millas que los separan de la oportunidad de una vida digna. En este caso, como se ve en este vídeo, con una embarcación en la que a duras penas caben sus ocupantes. Por lo que el vídeo muestra se interpreta que un grupo de inmigrantes se lanza al agua en lo que parece una patera y ayudándose de un remo tratan de avanzar. De nuevo una vez más, llama la atención la falta de vigilancia en las costas marroquíes. En el vídeo no hay ningún tipo de agente ni policía que impida al grupo lanzarse al agua. La facilidad con la que el mar mueve la patera en la que navega el grupo de inmigrantes, además del remo casi de juguete, hacen ponerse en los peor. Desgraciadamente este final se repite demasiadas veces para los jóvenes que se arrojan al mar, ya sea a nado o en una patera o embarcaciones similares, y que no logran alcanzar el destino deseado y cuya historia pasa desapercibida la mayoría de veces. Desde la entrada masiva a nado que se dio el pasado 25 abril, las llegadas han ido repitiéndose a cuentagotas. El Ministerio de Interior ha recogido en su informe sobre inmigración, que comprende el periodo del 1 de enero al 30 de abril,
la presión registrada el día 25 de ese mes sobre el espigón del Tarajal, en Ceuta. Solo aquella tarde, más de 100 personas entraron a nado, arriesgando sus vidas, produciéndose dos muertes en
Marruecos y registrándose al menos siete desaparecidos. Según los datos oficiales del Ministerio, en la segunda quincena del mes han entrado bordeando los espigones -y algún caso aislado saltando la valla-,
un total de 177 inmigrantes, recogiéndose el pico que se produjo cuando el país vecino decidió mirar hacia otro lado y no ejercer control alguno en la frontera mientras sus nacionales se exponían a perder sus vidas.