Los trabajadores que perciben el Salario Mínimo Interprofesional actualmente cobran 959 euros mensuales, a partir de septiembre comenzarán a percibir 965. Si las matemáticas no fallan percibirán 15 euros más. Leen bien 15 euros, 15 euros que provocarán la pérdida de empleo y, por tanto, este país se arruina. Ese es el discurso.
Ese es el discurso que algunos empleadores o empresarios lanzan a la sociedad para confundir a los ingenuos o cabrear a los que todavía nos queda una pizca de cordura. Pero ese discurso de empresario avaro y rácano es más difícil de digerir cuando el propio Ministerio de Trabajo informa que esos 15 euros sólo les corresponderá a 1,5 millones de trabajadores de los casi 20 millones de empleados, que trabajen 40 horas semanales, precisamente los más desfavorecidos económicamente.
Es fácil entender que existan desencuentros entre la patronal y sindicatos cuando se habla de subida salarial, pero en este caso, desde la lejanía, entendía que no iban a existir, porque la subida no era importante y no afectaba al conjunto de los trabajadores. Pero la pela es la pela y los empresarios no estaban dispuestos y, por tanto, el Gobierno ha decidido subir el salario.
Cada vez que hay una noticia de este tipo escuchamos mil opiniones, algunas razonables, otras inentendibles por venir de donde vienen o de quien vienen y otras que cuestan trabajo de digerir. De esas opiniones quiero hablar.
Puedo entender no compartir que un empleador discrepe y se oponga a la subida de 15 euros mensuales de un trabajador. Es decir 50 céntimos o algo más porque son 14 pagas las que les corresponde al trabajador. Poco o mucho el dinero es suyo y, por tanto, tiene toda la legitimidad para defender su postura. Pero existen otras más difíciles de entender y digerir.
Para mí -igual estoy equivocado- es difícil de digerir que una persona que cobra más de 200.000 euros anuales diga públicamente que subir a un trabajador 15 euros mensuales es una decisión errónea; pero más difícil de digerir es que un trabajador critique esta subida salarial cuando en su empresa está reivindicando mejoras salariales mucho más sustanciosas que la subida del Salario Mínimo Interprofesional y trabajando muchas menos horas.
Pero como si de un circo se tratara existe ‘El más difícil todavía’ y pasamos de difícil de digerir a provocarte un corte de digestión, porque oír a una persona que ha cobrado el Salario Mínimo, que tiene a un hermano y un sobrino que lo perciben, decir que esta subida es una locura más del Gobierno es para que te den ganas de vomitar.
El pasado es pasado, pero siempre viene alguien para recordártelo. Esa frase que leí hace tiempo te hizo recobrar la memoria. No he pensado lo que estaba diciendo. Así terminó la conversación, pero no te preocupes que la amnesia es un mal muy común entre los españoles, pero tampoco viene mal recuperar la cordura o, mejor dicho, la memoria.
“El pasado es pasado, pero siempre viene alguien para recordártelo”. Esta vez fui yo.
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