Colarse en los barcos a costa de dejarse la vida en ello. Es el ejercicio diario que llevan a cabo los nadadores. Enfundados en trajes de neopreno buscan la manera de alcanzar los buques que enlazan Ceuta con Algeciras en una suerte de intentos en la que invierten su vida.
Durante toda la jornada de ayer, previa del día de Reyes, inmigrantes magrebíes buscaron la forma de escapar de la ciudad aprovechando las salidas de los barcos. Desde primera hora de la mañana, con el enlace del ‘Passió per Formentera’, se detectaron intrusiones de indocumentados que salían a nado desde el antiguo puerto deportivo. Esto provocó retrasos en las primeras conexiones marítimas que se repitieron con las siguientes. Del ‘Passió’ partían hacia barcos de otras compañías, intentando burlar la vigilancia tanto de la Guardia Civil como de la Policía Portuaria.
El control de las fuerzas de seguridad consigue frenar muchas de estas salidas, pero es evidente que los resultados positivos, los que trasladan aquellos que consiguen llegar al otro lado, siguen animando a continuar en la senda de buscar la fuga a cualquier precio.
La permeabilidad de la frontera convierte el puerto en la zona de concentración por excelencia de inmigrantes, en su amplia mayoría argelinos del CETI que tienen bloqueada su salida ante la ralentización del estudio de sus expedientes y menores marroquíes. Las intervenciones que llevan a cabo las fuerzas de seguridad centradas en la localización de estas personas para su retirada del lugar carecen del efecto pretendido: en el caso de los menores, no tardan ni 24 horas en fugarse de un centro ya de por sí superado; en el caso de los argelinos una vez son detectados e identificados quedan en el CETI en donde su permanencia busca ser temporal toda vez que su pretensión es cruzar a la Península.
El problema burocrático que se produce en el ámbito migratorio tiene sus consecuencias en la situación extrapolada al puerto, en donde ni las obras de impermeabilización desarrolladas en todo el perímetro portuario han conseguido aminorar una problemática que no solo tiene sus consecuencias negativas en los distintos sectores portuarios sino en los propios inmigrantes, que suman aparatosos accidentes que han terminado en muertes o problemas de salud cada vez más marcados. El colectivo argelino refiere que son varios los compatriotas que sufren problemas renales derivados del tiempo que permanecen ocultos en el agua intentando despistar a las fuerzas de seguridad hasta conseguir la manera de llegar a uno de los buques erigido en el pasaporte idóneo para cruzar el Estrecho.
Ceuta es el COÑO de la Bernanda, todo el que biene, se la mete.
Increíble... y no pasa nada, en Marruecos por menos le meten diez años