Tras el terrible frío, la nieve y el hielo de Mongolia no nos queríamos ni imaginar lo que sería intentar cruzar puertos de más de 4.000 m. en el Pamir pues en invierno las pistas se cierran y son intransitables hasta el deshielo de primavera. Teníamos que prepararnos bien.
Es una ruta muy dura y solitaria, cargamos mucha agua, provisiones, ponemos anticongelante al gasoil y partimos con 4 bidones extra de combustible (80 litros de más nos darán una autonomía superior a 1.000 Km.). Estamos listos, nos lanzamos hacia Tayikistán dispuestos a cruzar el Pamir.
Ya el primer día alcanzamos los 4.282 m. de altitud pero no es la máxima cota que alcanzaremos en esta ruta por una cordillera que intenta arañar el cielo con sus altivas cimas. Transitamos bajo "atalayas blancas" pero milagrosamente las pistas altas no están todavía nevadas, al contrario que en Mongolia...aquí el invierno llega retrasado y eso nos permite cruzar esta cordillera. No hay nieve pero sí avalanchas de rocas, son unas montañas muy inestables. Y lo que caen de las cimas no son precisamente "guijarros", son rocas de varias toneladas que lo arrasan todo a su paso.
Alcanzamos el legendario lago Kara-Kul... justo al atardecer. A sus 3.900 m. de altitud el frío es terrible, imposible acampar, no porque no podamos sobrevivir en la tienda-techo extremadamente abrigados, es porque son catorce horas de oscuridad y no podemos estar catorce horas inmovilizados casi vestidos dentro de los sacos de dormir. Sería para volverse loco y las temperaturas llegan a los 15º C bajo cero por la noche.
Algunos lugareños han habilitado en sus propias casas algún rincón o habitación para los eventuales viajeros que pudiesen necesitar un techo.
Todo es muy modesto y sencillo pero siempre tienen una estufa de leña. Es un sueño en estas circunstancias y también nos permite convivir con la población local. Encontramos una de esas "homestay" junto al lago y nos instalan en un amplio salón cubierto de alfombras que embellecen la habitación y ayudan a aislar del frío. Pero el salón está helado al tener la estufa apagada, tarda una hora en templarse un poco. No hay electricidad en la aldea, cada casa tiene su propio generador de gasolina y lo encienden cuando lo necesitan, ni una hora al día. Donde estamos tienen algunas bombillas de poca potencia conectadas a una batería de coche.
La habitación es grande y encienden la estufa enseguida pero la inercia térmica es difícil de vencer y sólo se nota el calor pegados a la estufa. Nos dan colchonetas finas para poner en el suelo, un montón de mantas y dos cojines bastante duros pero para nosotros es el paraíso. Lo montamos todo bien pegado a la estufa de leña y nos dejan una provisión de madera, boñigas secas y rastrojos para la noche. A las tres de la madrugada nos despertamos helados. Ya se ha consumido toda la leña. Tenemos que salir de debajo de las mantas y encender la estufa hasta que nos volvemos a despertar helados al amanecer pero ya no queda más leña. Nos quedamos quietecitos y hechos un ovillo hasta que se levantan los aldeanos. Salimos de nuestra "sepultura" y con la ayuda de nuestros anfitriones traemos más leña y encendemos de nuevo la estufa.
Una buena noticia es que al mezclar el gasoil con un 10% de gasolina no se ha congelado y el Mitsubishi Montero arranca a la primera con las dos baterías que tiene instaladas en el motor.
El lago Kara-Kul fue creado por el impacto de un meterorito hace 5 millones de años y entre estos colosos montañosos sigue sobreviviendo. Tras dejar atrás el vetusto lago el siguiente puerto de montaña, el paso Baital, marca el punto más alto de la Ruta Gengis Khan, estamos a 4.655 m. de altitud. En este punto la soledad y la soberbia naturaleza que nos rodea son brutales.
Los ríos, sangre de las montañas que da vida a todos los valles, están cubiertos con costras de hielo y así seguirán hasta bien avanzada la primavera. Tras el Pamir, empezamos nuestra andadura por el Hindu Kush, otra de las grandes cordilleras del Gran Himalaya y frontera con el inseguro Afganistán, pasaremos durante cientos de kilómetros a unos pocos metros de este inestable país y necesitamos permisos especiales para conseguir transitarlo.
Toda esta ruta se puede ver en
detalle en Facebook en
@RutaGengisKhan
y en la página web
www.ruta-imperios.com
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