La familia de Rogelio Navas San Vicente quiere que lo recuerden como “el amigo de sus amigos, y el mejor esposo y padre del mundo”. Ayer a las 11.00 horas, en el Tanatorio de Ceuta y luego en el Cementerio Santa Catalina, se reunieron quienes los querían y lo querrán por siempre para despedirse de él. Fue tanta la gente que acudió al lugar, que el féretro no se veía de tantas flores, lo que ha sido una demostración de la gran persona que fue este hombre ejemplar que dedicó más de 40 años a la banca y que siempre tuvo tiempo para ayudar a los demás.
“Era especial, un hombre lineal, un caballero, una persona servicial. Siempre daba gusto entrar a la casa porque te recibía con una sonrisa. Solo puedo decir cosas buenas de él y aparte de la tristeza, también estoy muy emocionada”. Dijo su esposa, África de la Cruz Restoy, al referirse a todas las muestras de cariño y apoyo que ha recibido desde que se enfermó el hombre con quien compartió 40 años de matrimonio y quien aseguró es el “amor de mi vida”.
Rogelio fue la víctima 115 de la pandemia en Ceuta. El sábado 24 de abril, después de un dolor de cabeza, los resultados de la prueba de COVID-19 salieron positivos. La semana siguiente, solo experimentó unas molestias en la garganta y las articulaciones, pero el viernes 30 de abril, perdió el conocimiento y tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital Universitario de Ceuta, donde la mañana del 3 mayo, el hombre que “nunca se quejaba de nada” le dijo a uno de sus hijos que “estaba muy agotado”.
África agradeció de corazón que los médicos hicieran “todo lo humanamente posible por él”, pero desafortunadamente Rogelio se fue apagando y falleció el sábado en la mañana en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital.
Fue un duro golpe para la familia, pero su esposa y sus hijos han tenido sentimientos encontrados, pues a pesar de los tristes momentos que han vivido desde que Rogelio enfermó, se han sentido arropados por familiares, amigos y por el personal médico del Hospital Universitario de Ceuta, a quienes agradecieron por la humanidad con la que los trataron en todo momento. África recordó especialmente al ‘Dr. Marín’ , que fue quien la llamó para informarle sobre el fallecimiento de su esposo y el que estuvo presente en la emotiva despedida, “me dio el pésame y estuvo ahí en todo momento, siempre con su uniforme”. También le dedicó bonitas palabras a todos los médicos y auxiliares, especialmente a los tres intensivistas que atendieron a su esposo.
Rogelio Navas San Vicente trabajó durante mucho tiempo en la banca, específicamente en Caja Duero, que luego pasó a ser Unicaja, pero también fue parte de la empresa de autobuses de Ceuta de la que su padre fue fundador. Llevaba más de 3 años jubilado y dedicaba parte de su tiempo a pintar, a la Asociación Fotográfica Miradas, pero también a ayudar a todo a quien le pedía consejos “con la declaración de la renta o para pedir un préstamo”.
Tanto África como sus dos hijos no siente sino orgullo por el gran hombre que fue Rogelio.
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