El todavía presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Rodríguez Valero, recuerda que su dimisión se hace efectiva el próximo 1 de febrero, negando con rotundidad que el Puerto haya quedado en abandono después de anunciar su marcha. Reiteró que su renuncia depende, “única y exclusivamente”, a cuestiones personales y que tras dejar este cargo, será su sucesor quien tenga que continuar todos los proyectos ya emprendidos, lo cuales no tienen por qué caer en saco después de que él deje la Presidencia. Entre estos proyectos de los que habla se incluyen el muelle para cruceros de 340 metros de eslora, siendo una de las pocos puesto de Europa con esta amplitud, también hace referencia a la rada para megayates que también suponía el traslado de Club Náutico, así como impulsar el puerto pesquero o el dragado del muelle de Poniente para aumentar la llegada de los buques con mayor calado. “Son proyectos muy interesantes, que estamos en ellos, y aunque yo me vaya van a seguir”.
Un equipo muy bueno"
Al igual que en su día hizo el presidente de la Ciudad, su homólogo en el Puerto también ha insistido en que la Autoridad Portuaria está compuesta por un equipo en el que él confía para darle continuidad a todos los proyectos que se han puesto en marcha para impulsar al ente portuario. “Hay un equipo muy bueno en la Autoridad Portuaria que trabaja unido, trabaja en conjunto, independientemente de que venga un presidente o de que venga otro”, ha precisado. De igual manera confía plenamente en la persona que el presidente de la Ciudad elija para ocupar su puesto, aunque por el momento desconoce si ya hay quien le sustituya. De esta forma, Rodríguez Valero vuelve zanjar el asunto de su marcha, acallando la rumorología que se ha suscitado
tras anunciar su renuncia. “Muchas veces las cosas son más sencillas de lo que parece”.