Forzaron la entrada en la noche del viernes al sábado. El material ya ha sido respuesto y el servicio vuelve a funcionar con normalidad. Uno de los walkie-talkies sustraídos vale 200; los otros entre 60 y 80 euros. Cada prismáticos cuestan unos 60 euros y las aletas, unos 20 euros la pareja. El botín conseguido por los ladrones ronda los 1.500 euros. Ion Mundin, coordinador de Marsave, la empresa adjudicataria del servicio de socorrismo y salvamento en nuestras playas, calcula que ése es el valor de la media docena de walkie-talkies, los cuatro prismáticos y los seis juegos de aletas robados. Ese es el material que unos desconocidos sustrajeron en la noche del viernes al sábado de la caseta de los socorristas ubicada en la playa del Chorrillo. Al botín hay que añadir un aparato de glucemia que permite medir el nivel de azúcar en sangre y que aún no ha podido ser repuesto. "Probablemente se lo llevaron sin saber muy bien para qué sirve", opina Mundin.
El robo tuvo lugar por la noche. Cuando los socorristas llegaron por la mañana, se encontraron con la puerta de la caseta abierta y el interior revuelto. Inmediatamente echaron en falta el material robado y dieron aviso a la Policía.
Hasta el lugar se desplazaron agentes de la Policía Científica para sacar fotografías y tomar huellas que permitan descubrir la identidad de los ladrones. No obstante, el coordinador de Marsave tiene pocas esperanzas de recuperar los objetos sustraídos. "Casi todo el material ya está repuesto. Las emisoras están totalmente operativas, los prismáticos lo mismo. Faltarían las aletas, que no están, pero que de momento tampoco se necesitan. Esta semana volverán a llegar. Falta el aparato para mirar el azúcar, pero en torno a esta semana lo volveremos a tener. Además, si hace falta, está la ambulancia", explica Mundin.
La empresa se ha hecho cargo de momento del coste de reposición de material, aunque ya ha dado parte a su seguro. El Ayuntamiento les había recomendado que no dejaran objetos de valor en los puestos del Tarajal y Miramar. Pero no les dieron ninguna indicación respecto a la playa del Chorrillo. Hasta el pasado viernes guardaban en la caseta todos los utensilios. "Ahora empezaremos a quitar todo el material, la menos el que más dinero vale", explica el coordinador de Marsave. La caseta de los socorristas no es visible para los transeúntes o conductores que circulan por la zona. "Es un sitio muy escondido. La playa por la noche está muy oscura. El puesto del Chorrillo está escondido, no es como otros que están más a la vista. Éste, o bajas o desde la carretera no se ve", señala Mundin. El coordinador de Marsave reconoce que el Ayuntamiento no puede poner un policía para vigilar cada caseta, pero tampoco es posible retirar todo el material cada día. Hay objetos, como camillas de cura, que se tienen que quedar dentro cada noche. "Si tengo cinco playas, necesitaría un camión para recoger todo cada día. Hay mucho material dentro", señala Ion Mundin.
No es habitual, pero está dentro de lo previsto Acaba de empezar a prestar el servicio y la empresa Marsave ya ha sufrido un robo. Su coordinador asegura que no son habituales este tipo de sucesos, aunque reconoce que siempre suelen sufrir al menos uno a lo largo de la temporada en alguno del medio centenar del municipios de la geografía nacional donde ser encargan del servicio de socorrismo. “Está dentro de las estadísticas”, afirma Ion Mundin. En todos los casos, la empresa adjudicataria aporta el material necesario y los ayuntamientos ponen los puestos, pero éstos no se hacen cargo de la seguridad. “Esto es así, exactamente igual en todos los municipios en los que trabajamos, sea donde sea”, afirma el coordinador de Marsave. No obstante, Mundin espera reunirse con los responsables de la Ciudad para ver si es posible buscar alguna solución para incrementar la vigilancia.
En cualquier caso, la empresa ya está valorando diversas opciones. “Estamos mirando soluciones, como instalar alarmas. Si el ayuntamiento no nos puede dar seguridad, quizás haya que contratar seguridad privada, porque algo sí que hay que hacer”, afirma el coordinador de la empresa.
Tras el robo, el material imprescindible ya ha sido repuesto y el servicio de vigilancia funciona con total normalidad para los bañistas, asegura Mundin.