En la mañana de ayer se estuvo recorriendo el parque en busca del animal, ante la posibilidad de que se hubiera escapado, ya que según informó la Ciudad, “hace diez días se escapó de la jaula y luego apareció escondido detrás de una piedra”. Ni rastro. Negada esta posibilidad, la propia Ciudad, en la misma mañana de ayer, dio aviso a la Benemérita y a la Policía Local para que intentaran aclarar este robo. La Guardia Civil, además de alertar al Seprona, informó a la frontera a la hora de evitar que cualquiera intente introducir al ciervo en Marruecos.
La jaula en la que se encuentran los animales no presenta agujero alguno, así que se concluye que el ciervo no pudo escapar por sí mismo, sino que alguien, de manera premeditada, tuvo que hacerse con él. La Ciudad ha informado de que el animal se encontraba en buenas condiciones físicas ya que había sido examinado por el veterinario encargado del control de los animales del parque. Según el consejero de Medio Ambiente, Gregorio García Castañeda, el jefe de jardines le presentó ayer un parte oficial informándole de que el ciervo se encontraba en su jaula el domingo. Se ha perdido un tiempo valioso para la búsqueda del animal, al que, los vecinos y usuarios insisten, no se ve desde el viernes. Se pide colaboración ciudadana a todo aquel que pueda saber dónde está o ayude a su localización recorriendo la zona.
La seguridad, en entredicho
Mientras se intenta aclarar quién ha podido hacerse con el animal y con qué intenciones, se vuelve a poner de manifiesto el debate en torno a la seguridad que hay en el Parque de San Amaro. Surgen muchas preguntas. De entrada cómo pudo desaparecer este animal o cómo no se pudo saber de su falta desde el primer día en que se produjo. O cómo, sencillamente, pudieron entrar en el Parque y robarlo, sin que nadie se hubiera dado cuenta. “No es tan fácil, porque han tenido que cargar con el animal”, sentencian, indignados, varios usuarios de la zona. Recientemente perros salvajes mataron a todas las cabras y ya se han producido dos muertes de ciervos en el lugar sin que nada haya cambiado.