Viandantes de la ‘carretera nueva’ se preguntaron ayer cómo es posible que la Ciudad deje una zanja a cielo abierto en la playa del Chorrillo con centenares de hierros saliendo hacia el exterior.
A su juicio, este amasijo entraña un riesgo ante la posibilidad de que un niño se caiga y pueda clavarse uno. “¿A quién se le pedirían responsabilidades?”, se preguntaron. Estas obras se enmarcan en los preparativos de la playa de cara al verano.