Opinión

El rico legado histórico que atesora la Legión

Continuamos con el legado histórico de La Legión, con todo aquello que la ha hecho, una Unidad del Ejército Español especial, y muy querida por el pueblo español.
El origen de las tres canciones históricas del Tercio de Extranjeros es el que sigue.
Al principio se cantaban las canciones que conocían los legionarios, el himno de Infantería, La Madelón y, otras se incorporaron canciones que aportaban los extranjeros como era el Deutschland über alles alemán y el Tipperary inglés.
La Legión tiene tres canciones históricas: “Tercios Heróicos”, “La canción del Legionario” y “El novio de la muerte”.

Tercios Heróicos

El fundador José Millán-Astray pudo comprobar que al Tercio le faltaban himnos propios, así como canciones populares de marcha, si bien los legionarios, como hemos indicados al principio entonaban diversas canciones en español, alemán e inglés. El fundador se dio cuenta que hacía falta un himno propio. Encargó incluir el toque de corneta “Legionarios a luchar, Legionarios a morir”.
Fue la primera marcha-himno propio con que contó el Tercio de Extranjeros. Si el 20 de septiembre de 1920 empezaba su andadura el Tercio con los primeros alistados, dos meses después ya disponía de esta marcha, que fue declarada, oficialmente, “Himno de los Legionarios”, hasta su sustitución posterior por la “Canción del Legionario”, que ha llegado hasta nuestros días como himno oficial de La Legión.

"Origen del Novio de la Muerte. Es un cuplé compuesto por Juan Costa y letra de Fidel Prado, siendo su primera interpret Lola Montes"

La primera canción netamente legionaria fue compuesta en 1920 por un músico militar, el también legionario Francisco Calés Pina, con letra de Antonio Soler Pourtán, a petición del coronel José Millán-Astray, fundador y primer Jefe de La Legión. Se tituló: “Canción de los Legionarios”, y hoy es más conocida como “Tercios Heroicos”. Aquí una breve muestra:
“Tercios heroicos, Legión valiente / que en la vanguardia sabéis morir / son el orgullo de nuestra España / vuestra hazaña al combatir/
Estribillo: ¡Viva España! Valiente hermanos, / ¡Viva España! Legión inmortal, / que es gran gloria morir por España, / abrazado a un sublime ideal / Con la sangre que vierten sus hijos, / más frondoso el laurel brotará, / del que haremos coronas que España / en sus sienes augustas pondrá
¡Viva España! ¡Viva La Legión!

Origen de la "Canción del Legionario"

El Tercio que ganó una inmensa popularidad en los días de socorro a Melilla, vio acrecentada su fama con dichas acciones. Hicieron surgir todo tipo de manifestaciones literaria, versos, relatos cortos, novelas…en su honor. Uno de los poetas que cantaron a grandeza del ada canción.
“Tercio” fue un militar, como el maestre de campo Garcilazo de la Vega o el coronel López Anglada. Se llamaba Emilio Guillén Pedemonti, y compuso unos preciosos versos que hizo llegar a Millán-Astray.
El Jefe del Tercio, hombre de finísima intuición y gran sentido artístico, supo en seguida que aquellos versos podían dar lugar a otra buena canción legionaria. Con este propósito se los entregó a un amigo compositor, Modesto Romero, autor como Costa, de muy buenos cuplés, que componía para (Raquel Meller, Amalia de Isaura, Celia Gámez…..). Romero se identificó inmediatamente con el texto de Guillén Pedemonti y, en pocos días creó la partitura, que dio a conocer a Millán-Astray que se encontraba entonces en Madrid, curándose de una herida sufrida en la toma de Nador, el 17 de septiembre -y a un grupo de cuatro o cinco amigos, entre ellos González Tablas, también herido y convaleciente como él, en el hospital de San José y Santa Adela. “La Canción del Legionario”, que así se denominaría la obra, gustó tanto al reducido auditorio, que Romero se vio obligado a interpretarla varias veces. Incorporada enseguida al repertorio legionario, la canción sería elevada, años más tarde, al rango de “Himno oficial del Cuerpo”. Aquí una de sus estrofas:
Soy valiente y leal legionario / soy soldado de brava legión; / pesa en mi alma doliente calvario, / que en el fuego busca redención. / Mi divisa no conoce el miedo, / mi destino tan solo es sufrir, / mi Bandera luchar con desnuedo / hasta conseguir / vencer o morir. / Legionario, Legionario / que te entregas a luchar / y al azar dejas tu suerte, / pues tu vida es un azar. /
Finaliza: ¡Legionarios a luchar! ¡Legionarios a morir

"Canción del Legionario, himno oficial. "Novio de la Muerte" es la canción más conocida de la Legión Española. Pese a que muchos piensan que es su himno, no lo es"

Lo que vamos a desarrollar a continuación; un camarero español (de Huelva) que apenas superaba el metro cincuenta de altura y que acabó en el “Tercio de Extranjeros”. Y que murió en su lucha contra los Kabileños en 1921 y que su historia hubiera pasado como una muerte más legionaria, sin embargo cuenta para la historia del Tercio, como la persona qué con aquellos versos, dieron lugar a “Novio de la Muerte”.

Origen de "El novio de la Muerte"

“Novio de la Muerte” es la canción más conocida de la Legión Española. Pese a que muchos piensan que es su himno, en realidad no es así. El Himno Oficial es la “Canción del Legionario”.
El origen de “El Novio de la Muerte”, es un cuplé compuesto por Juan Costa y letra de Fidel Prado, siendo su primera interprete Mercedes Fernández González, cuyo nombre artístico era Lola Montes. La canción se estrenó en el teatro malagueño “Vital Aza” en Julio de 1.921. Desde que Millán Astray la escuchó, quedó incorporada al repertorio legionario, cantándose en el acto de homenaje a los que dieron su vida por España.
Este canto como hemos indicado, empezó siendo un cuplé, una canción de escenario; una letrilla que hace llorar a los hombres de bronce que no lloran nunca y a las mujeres que las dejan sin aliento, sin pestañear, pálidas como la propia muerte.
El 7 de enero de 1921, en Beni Hassán, cuando el Tercio tenía sólo unos meses de existencia, (su primera Bandera se había organizado en octubre), después de haberse defendido heroicamente con su escuadra frente a los kabileños que los atacaron y pretendieron de apoderarse de sus armas, murió a consecuencia de las heridas recibidas el cabo Baltasar Queija de la Vega; era el primer legionario que perdía la vida en un hecho de armas. En su bolsillo se encontraron unos versos llenos de emoción y sentimientos. Se dice que acababa de enterarse de la muerte de su novia; en esas confidencias que se hacen al compañero en las largas esperas campamentales de una estrellada noche moruna, había confesado: ¡Ojalá la primera bala no tarde mucho y sea para mi corazón, para reunirme pronto con ella!. Pocas horas después, cuando se realizaba la retirada de protección de unos caminos, su escuadra fue atacada. Toda una premonición que prestigiaba el futuro canto de “El novio de la muerte”. Este hecho causó una gran conmoción a una parte de la sociedad española. El letrista de cuplés Fidel Prado Luque, emocionado, escribió unos versos sobre ello, y se los entregó a su amigo y colaborador en la música de “varietés”, el compositor barcelonés Juan Costa Casals, para que les dotara de una melodía adecuada. Y así fue. Juan, emocionado con el motivo, le había puesto música de una sentada.
A principios de julio de 1921, una cupletista de primera fila, “Lola Montes” (su nombre verdadero era Mercedes Fernández González) se encontró en la calle de la Montera de Madrid, con Fidel Prado, cuyas letras cantaba habitualmente. Fidel le dijo que acababa de recibir de Juan Costa la partitura de un “cuplé”, que aún no había oído, cuya letra le había enviado hacía poco, y que le decía que el encargo” le había salido muy bien”.
Estaba deseoso de conocer la “música, e invitó a Lola Montes a escucharla también. La audición se iba a celebrar en el estudio de Modesto Romero, también gran creador de cuplés (compuso la “Canción del Legionario). El resultado emocionó y encantó a todos los presentes, y en especial a “Lola”, que decidió incorporarlo a su repertorio. Y la estrenó en Málaga, en el teatro “Vital Aza”, con un éxito total.
La duquesa de la Victoria, que dirigía los Hospitales de la Cruz Roja en Marruecos, y presente en la presentación le dijo a Lola Montes: “Mira, Lola, esto tiene que cantarlo en Melilla. El general Silvestre está llevando a cabo una ofensiva en aquel territorio que puede acabar con la guerra. Tú, con este cuplé tan bonito, dramático y patriótico, puedes contribuir en gran medida elevar la moral de la población.
Así fue cómo “Lola Montes” pasó a Melilla con la compañía de Valeriano León, a finales de julio de 1.921, actuando como telonera. Ella lo cuenta en una carta al Director de ABC, muchos años después
En Melilla, a Lola la tocó vivir aquellos angustiosos días de Julio en que tuvieron lugar los trágicos acontecimientos posteriores al desastre de “Annual”, y el derrumbamiento de aquella Comandancia General. Con su canción, elevaba la moral de los soldados y la población, alentando la espera de refuerzos y socorros. Estos refuerzos finalmente llegaron a tiempo, y los primeros en llegar fueron los legionarios y los Regulares de Ceuta que fueron enviados por mar.
Su Jefe, Millá-Astray, la escuchó en Melilla. Y desde entonces, debido a la fuerza emocional de su letra, quedó incorporada al repertorio legionario, cantándose en el acto de homenaje a los que dieron su vida por España.
“El Novio de la muerte”, se ha adaptado al paso lento procesional y fúnebre, cantándose en todos los acuartelamientos de La Legión, en el tradicional Partitura “El Novio de la Muerte”, “Sábado Legionario”.
Expresamos unas estrofas de “El Novio de la Muerte”.
Nadie en el Tercio sabía / quién era aquel legionario / tan audaz y temerario / que a la Legión se alistó. / Nadie sabía su historia / más la Legión suponía / que un gran dolor le mordía / como un lobo el corazón / Más si alguno quien era le preguntaba / con dolor y rudeza le contestaba /
Soy un hombre a quien la suerte / hirió con zarpa de fiera; 7 soy un novio de la muerte / que va a unirse en lazo fuerte / con tal leal compañera /. Y si hacemos un resumen, en contra de lo que pudiera parecer, el “Novio de la muerte” no se quedó estancado una vez que Millán-Astray lo adaptó para su recién creada Legión, sino que continuó.
“El novio de la muerte” ha ido metamorfoseándose: Primero nació como una canción ligera que se interpretaba en los cafés cantantes, lugares en los que había pequeñas orquestas para escuchar música mientras tomabas un trago.
Después se convirtió en una marcha militar de ritmo legionario -160 pasos por minuto-
Luego dio el salto y se convirtió en una marcha procesional lenta para el Cristo de Mena (Málaga).
Los legionarios interpretan y cantan ininterrumpidamente “El Novio de la Muerte”, una pieza de cuplé convertida en canción legionaria, y que acompañan en el cortejo de la Congregación del “Cristo de la Buena Muerte” durante la procesión del Jueves Santo de Málaga.
Finalmente, llegó a ser el himno de los “caídos” de La Legión”. Es curioso que algo que nació como una cancioncilla haya acabado convirtiéndose en lo que se ha convertido.

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