Ayoub Fakhry llamó por teléfono a su hermano Souffiane para decirle que rezara con él. Había decidido cruzar a Ceuta junto a su amigo Bilal. Esa llamada la hizo el sábado a las diez de la noche, justo 24 horas antes le había mandado una fotografía con un chaleco salvavidas y un kayak hinchable con el que pretendía salir desde Castillejos. Lo hizo y desde entonces nada se sabe ni de él ni de su amigo. Souffiane explica a El Faro de Ceuta que su hermano, con 18 años, llevaba desde los 16 queriendo irse de Marruecos. Ahora la situación ha empeorado, y Ayoub ejecutó ese pensamiento sin tener miedo a nada, ni a los desaparecidos ni a los que mueren en el intento. Entre lágrimas Souffiane explica que toda su familia lo está pasando mal por la falta de informaciones. Su padre está incapacitado y su madre tiene cáncer. Son tres hermanos y Ayoub es el más pequeño de todos. "Reza conmigo hermano", le dijo ese sábado. Y ya no ha sabido nada más de él. A la Guardia Civil no le consta rescate alguno ni tampoco detección en esa franja horaria. No ha habido entradas de nadie que tenga esa identidad o se le parezca físicamente. El rastro de este joven se pierde tras la llamada, el rastro de él y de su amigo Bilal, de 19 años. Bilal, el otro desaparecido. Ayoub trabajó en un bazar en Castillejos hasta que decidió hacer lo que los demás, emprendiendo una ruta temeraria que ha causado muchas desgracias en la Frontera Sur. Nunca seremos conscientes de las dimensiones de un drama del que solo trascienden algunas historias. De otras ya se deja de escribir sin que tengan punto y final. La familia de este joven está desesperada, solo quieren noticias del hermano que marchó y del que nada más se supo. Cualquier dato sobre su paradero ayudaría a calmar esa tristeza que impide a Souffiane articular palabra y ha llenado de dolor a unos padres que desde el pasado fin de semana nada saben del menor de la casa.