Este Viernes Regular ha dejado un momento emotivo como ninguno en Ceuta, el homenaje a los que dieron su vida por España y a los que han formado parte de la historia de Regulares. Se ha procedido a la lectura de la oración seguida del rezo de la sura Al Fatiha, a veces ofrecida por un santón y otras por un soldado regular en representación de la religión musulmana. “Que el señor de la vida y la esperanza, fuente de salvación y paz eterna, les otorgue la vida que no acaba, en feliz recompensa por su entrega”, se ha orado en el momento en que se depositaba la corona, para luego dar paso a la sura.
Es la máxima representación del respeto por quienes dieron su vida en acto de servicio, aquellos que formaron parte de la historia de Regulares, recordándose así a los caídos, musulmanes y cristianos, que han integrado la leyenda de este Grupo.
“Lo demandó el honor y obedecieron. Lo requirió el deber y lo acataron. Con su sangre la empresa rubricaron, con su esfuerzo la patria engrandecieron, fueron grandes y fuertes porque fueron fieles al juramento que empeñaron, por eso como valientes lucharon, y como héroes murieron. Por la Patria morir fue su destino, querer a España su pasión eterna, servir a los ejércitos su vocación y sino. No quisieron servir a otra bandera, no quisieron andar otro camino, no supieron vivir de otra manera”, se ha leído en este tradicional homenaje.
La historia de Regulares tiene, en el recuerdo a los que faltan, uno de los momentos más especiales de máxima unión entre quienes son hermanos, miembros de un mismo Cuerpo y defensores de la misma bandera. Un ejemplo de unidad la que se da en Ceuta y que se aprecia en este tipo de actos que ha tenido como escenario el acuartelamiento de González Tablas.
Ole