El Gobierno autonómico tuvo que responder ayer ante una competencia que es suya: la recogida de la basura y ante una que no es suya: la seguridad ciudadana. La amenaza de los trabajadores de Trace de no subir a la barriada Príncipe Alfonso a realizar su labor de limpieza viaria si no contaban con escolta policial se solucionó, como se solucionan muchas cosas en nuestra ciudad, con la intervención de la Ciudad Autónoma. Agentes de la Policía Local escoltaron a los operarios de Trace tanto en horario de mañana como de tarde para que no faltara la prestación del servicio en un núcleo tan populoso como es la barriada Príncipe Alfonso. La Ciudad lo hizo y lo comunicó, pero de la Delegación del Gobierno no se sabe nada y más cuando la competencia en seguridad ciudadana es responsabilidad de la Administración General del Estado. Se puede discutir si para recoger la basura se necesita o no escolta policial. De todo se puede hablar, pero cuando hay un problema hay que solucionarlo y eso fue lo que hizo el Gobierno autonómico. En el fondo, lo que subyace es la falta de agentes en el Cuerpo Nacional de Policía. Una verdadera catástrofe que no tiene solución por lo visto, ni a corto ni a medio plazo.
La acumulación de sucesos en Ceuta que están poniendo, una vez más en solfa la consabida opinión de que la seguridad ciudadana funciona, trae en jaque a los responsables políticos que, al final, no responden a las demandas ciudadana. No es jugar a agoreros, pero se está jugando con fuego y al final alguien puede resultar achicharrado. Pero lo peor es que la ciudadanía no encuentra respuestas por parte de sus responsables políticos de la Delegación del Gobierno. Y éso, al final, va acumulando una sensación de pesimismo que ahonda en un sentimiento de sentirse abandonados a la suerte y que no te pase nada.