Residencias militares, guardias civiles y ciudadanos con derechos

Las dictaduras son los sistemas en los que el hombre carece de derechos y está sometido al beneplácito del tirano o bondadoso de turno que, haciendo de su parecer palabra de “DIOS”, otorga prebendas o quita derechos a los súbditos y no ciudadanos. Me explico, un dictador bondadoso puede ser aquel que da a los trabajadores un horario especial al que no tienen derecho y no por ser bondadoso deja de ser un dictador. Pero dejemos el mundo ficticio y nos sumergiremos en hechos reales.
El pasado domingo el Faro de Ceuta publicaba un artículo-denuncia de AUGC titulado “A las órdenes del coronel”. En el mismo se denunciaba que los guardias civiles destinados en la Residencia Logística Militar “Virgen de África” carecían de la pausa preceptiva y reglamentaria para desayunar-merendar, mientras el resto de trabajadores militares y civiles sí. También decíamos que si los guardias quieren disfrutar de esa pausa, tendrían que ser relevados por otro guardia civil libre de servicio que, en su día libre, debería sustituir durante media hora mañana y tarde a otro compañero, contándole una hora de servicio.
En definitiva, a los guardias les son sustraídos derechos inherentes a su condición, no de guardias civiles sino de personas, seres humanos que tienen la necesidad de tomar algo en ocho horas de trabajo. Pero como los guardias civiles son “seres inhumanos” no pueden ser relevados por ningún militar o civil de dicha residencia. A pesar de que hay un coronel, un capitán, un subteniente “compañeros de profesión de los guardias civiles” que los podrían  sustituir. Cierto que un coronel, capitán o subteniente no tienen por qué hacer la labor de conserje, pero un guardia civil tampoco.
La Orden General 7/2009, de 5 de noviembre, por la que se regula las vacaciones, permisos y licencias de la Guardia Civil supuso una mejora importante en la conciliación de la vida familiar y laboral de los guardias civiles. Dicha orden recoge taxativamente que los guardias civiles tienen derecho a disfrutar de un mes de vacaciones en verano, los días de asuntos propios y tres días en Semana Santa y Navidades. Esta normativa es de aplicación a todos los funcionarios civiles y militares y, por lo tanto, no pueden ser alteradas por ningún mando y, mucho menos, cuando esta restricción solo se aplica a los guardias civiles.
Por otro lado, los agentes son funcionarios de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y sólo pueden ser utilizados para labores de seguridad pública y su nivel en la administración les impide realizar labores ajenas a este cometido. Un ejemplo claro sería que se contratara a un médico en un hospital y le asignaran labores de conserje con sueldo de médico, o pusieran a barrer a una diplomada en Enfermería y le mantuvieran el sueldo de enfermera. Esto lo puede entender hasta un coronel encargado de una residencia. Pero abundando más en este tema, si la residencia “Virgen de África” necesita un fontanero, una persona que se haga cargo de la ropa sucia… etc, lo tienen fácil, que acudan a la oficina de empleo que existen muchos ceutíes esperando un trabajo digno.
También se ha denunciado que los guardias civiles que laboran en la residencia no cobran las horas nocturnas y festivas mientras que el resto de los trabajadores sí. En la Guardia Civil se cobran las horas festivas y nocturnas y los guardias civiles allí destinados siguen siendo miembros de este Cuerpo. Desde esta perspectiva es fácil percibir que cuando terminen su penitencia solicitaran vía judicial dichas cantidades y, con toda seguridad, les serán abonadas.
La verdad no es motivo de querella, ni en ninguno de los artículos publicados se ha insultado a persona alguna, porque sólo hemos informado a la opinión pública que los guardias no son relevados para el desayuno-merienda; que hacen funciones que no les son propias como conserje y encargado de recoger ropa de lavandería; que no tienen vacaciones en verano como el resto de los guardias civiles y que no cobran las horas nocturnas y festivas. Estas aseveraciones son tan rotundas que, de no ser ciertas, pueden ser fácilmente desmentidas.
No hemos denunciado presiones ni persecuciones, pero si las hubiera por las denuncias publicadas por AUGC, recurriríamos a las vías que en democracia se nos permite a los ciudadanos -denuncia pública y penal- y eso no nos haría ni mejores ni peores, simplemente ejerceríamos un derecho recogido en nuestra Constitución. El insulto, las calumnias y los abusos sí son querellables.
Hace años dijo un buen coronel de la Guardia Civil: “Hay que mandar con corazón y sancionar con sentimiento, pero mandar requiere además hacer un esfuerzo de inteligencia y de empatía y el máximo fin del mando es tratar de no perjudicar ni a los guardias civiles ni a la Institución”. Esto es saber mandar o mandar con inteligencia.

Viva mi coronel.