La colisión con las rocas abrió una fuga de agua que afectó a la sala de máquinas. Participaron Salvamento Marítimo, un remolcador, una lancha y Capitanía Marítima. A las 5:30 de ayer atracó en el Puerto sin que tripulantes ni buque sufrieran más daños. Mientras la población dormía ayer de madrugada, un grupo de hombres se afanaba en evitar que una gabarra colisionara con los isleros de Calamocarro, un accidente que, de producirse, provocaría una tragedia humana y una catástrofe medioambiental. La embarcación, a la deriva por una avería en la sala de máquinas tras impactar con una roca, fue finalmente atracada en el Muelle de España sobre las 5:30 horas sin daños que lamentar en la tripulación ni los temidos escapes de fuel, como informó ayer Jesús Fernández Lera, capitán marítimo en la ciudad.
El temporal de levante que azotó estos días el Estrecho de Gibraltar motivó que el buque que suministra combustible a los barcos fondeados en la bahía ceutí quedara fuera de control y acabara chocando contra unas piedras, lo cual afectó a los mandos ya que la sala de máquinas se vio pronto inundada por una fuga de agua. “Iba a Algeciras a hacer unas operaciones, pero volvió y para qué lo hizo...”, señaló el capitán marítimo al recordar las dificultades que rodearon este salvamento.
Los principales daños se centran en la popa de la gabarra, detalló Fernández Lera, donde se encuentra el ‘corazón’ del buque. Queda patente al observar la parte trasera del barco, hundida hasta el rótulo del puerto de matrícula que reza Limassol, la ciudad chipriota. Por su parte, los tanques de combustible, aclaró el capitán marítimo, resultaron “intactos”.
El aviso de socorro desde la Sea Dweller, con bandera de Chipre, activó el protocolo de salvamento en el mar. Pasadas las 23:30 del lunes, acudieron hasta las coordenadas proporcionadas –inmediaciones de Punta Blanca– las embarcaciones de Salvamento Marítimo Luz del Mar y Atria así como el remolcador VB Bulldog y otra lancha que salieron en auxilio de la gabarra.
Fernández Lera calificó la operación de rescate de “complicada” ante la posibilidad de que pudiera encallar en la costa del litoral ceutí debido al fuerte viento de levante. Esta intervención se prolongó durante seis tensas horas en las que la coordinación de las instancias implicadas fue eficaz y los efectivos demostraron “valentía”.
El barco, con unos 20 tripulantes a bordo y 87 metros de eslora, pudo finalmente ser trasladado hasta el Puerto de Ceuta, en cuyo interior permanece atracado desde la madrugada de ayer sin posibilidad de operar. Los marineros salieron ilesos del incidente como se pudo comprobar ayer en el Muelle Cañonero Dato, avenida que recorrieron ya que se alojan en la Casa del Mar, según pudo conocer este diario.
Tras la inspección a bordo, las autoridades marítimas solicitaron al capitán de la Sea Dweller un informe sobre los hechos ocurridos ayer de madrugada además de un plan encaminado a la reparación de la vía de agua que tiene la sala de máquinas. Asimismo, requirieron el trasvase del agua que hay acumulada en la máquina a una cisterna para que sea trasladado a un gestor autorizado.
La transferencia de los tanques de la gabarra –fuel y gasoil– se desarrollará dentro de unos días, avanzó el capitán marítimo. La operación de trasvase de la carga del barco consiste en que otra embarcación proceda a abarloarse a éste y bombear el combustible de una gabarra a la otra.
Sin embargo, la Sea Dweller no podrá navegar de momento ya que se mantiene a la espera de las reparaciones necesarias así como su arrastre posterior hasta un astillero donde concluirán los trabajos de restitución, valoró Fernández Lera, quien estimó que la gabarra pasará un tiempo en Puerto.
A bordo 1.900 toneladas de fuel y 700 de gasoil Como prevención instalaron una barrera y arrojaron toallas absorbentes “aunque no hubo fugas”. El capitán marítimo explicó que los tanques de combustible permanecen “intactos” Dentro de la gabarra Sea Dweller, zarandeada por el oleaje y empujada hacia las rocas en Calamocarro, viajaban alrededor de 1.900 toneladas de fuel y unas 700 de gasoil, según las estimaciones de Capitanía Marítima. De no ser por el operativo de salvamento, la carga podría haber acabado en el mar lo cual habría desatado una crisis medioambiental en la bahía norte.
Pasado el peligro, la embarcación se encontraba ayer atracada en el Muelle de España con la popa hundida y con la duda de si presentaba pérdidas de combustible, la primera preocupación para las autoridades una vez garantizada la seguridad de los tripulantes. “Los tanques de fuel, que son los que nos deben preocupar, están absolutamente intactos, no hay ninguna fuga”, reiteró Jesús Fernández Lera, capitán marítimo, quien alabó la intervención de los estamentos implicados en la operación de salvamento. Como medida de prevención, se instaló una barrera de contención que rodea el barco y EcoCeuta arrojó toallas absorbentes o manta oleofílica, sistema empleado para la retirada de las posibles manchas que puedan aparecer en el agua.
Los posibles restos que puedan detectarse en el contorno del barco pueden proceder de la máquina la gabarra, que presenta fisuras, y por donde se introdujo agua que ahora está contaminada al mezclarse con los aceites y el gasoil que usa la embarcación en la navegación y las operaciones de avituallamiento en el mar.
La carga, que permanece en las entrañas del buque, será trasvasada en los próximos días, adelantó Fernández Lera, mientras que el agua que haya quedado acumulada en su interior, una vez se extraiga, será susceptible de tratamiento como el resto de residuos.