Los tripulantes del pesquero con base en Algeciras ‘Nuevo Real Madrid’ los detectaron a siete millas de Ceuta. Varios voluntarios de Cruz Roja tuvieron que encargarse ayer de la atención prestada a los siete inmigrantes subsaharianos que fueron rescatados tras quedar la balsa que ocupaban a la deriva. Se repetía así un episodio más del drama de la inmigración que durante este verano ha marcado las costas ceutíes. En esta ocasión fueron los ocupantes del pesquero ‘Nuevo Real Madrid’, con base en Algeciras, los que detectaron a los inmigrantes, abandonados, a unas siete millas al noroeste de Ceuta. El aviso dado tanto a Salvamento Marítimo como a la Guardia Civil fue clave para que el rescate de los clandestinos se produjera con éxito.
Esta nueva historia migratoria se producía a primera hora de la mañana, habilitándose el oportuno protocolo en materia de seguridad para proceder a la detección de los inmigrantes y a su posterior traslado a puerto deportivo, desde donde se tramitó su puesta a disposición de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía encargados de los asuntos de extranjería. El grupo, constituido íntegramente por varones, llegó en buen estado a puerto, ya que no permanecieron, según sus testimonios, muchas horas a la deriva. Sólo dos de ellos tuvieron que ser atendidos por heridas leves, sin requerirse traslado alguno al hospital o centro de salud cercano. En una endeble balsa En esta ocasión el grupo había escogido una balsa verde y amarilla para emprender trayecto, siguiendo las rutas que explotan otros compatriotas con el propósito de alcanzar costas peninsulares. Algo que prácticamente no sucede nunca. Los inmigrantes son engañados y emprenden una travesía incapaz de llegar a buen puerto, debido a lo endeble de las embarcaciones que emplean y a la dureza que requiere este tipo de trayectos para ser realizados en balsas típicas de juegos playeros.
Con la llegada de este grupo de subsaharianos son más de 40 los que han sido rescatados en el último mes y medio por las fuerzas de seguridad, después de haber iniciado una travesía que copia el mismo modus operandi. A saber, salen del norte de Marruecos y se dirigen hacia la península usando balsas en las que pueden llegar a caber hasta diez inmigrantes.
Las balsas cuestan alrededor de 250 euros en los mercadillos de Castillejos y en las cercanas costas playeras de Rincón, tal y como comprobó este medio el pasado mes con la publicación de un reportaje de investigación sobre las nuevas rutas migratorias.
Ese pago se hace entre todos los ocupantes de la balsa a lo que se suma el pago por lograr que la supuesta vigilancia de la policía marroquí no sea tal y puedan partir de las costas vecinas sin problema.
Ahora el grupo de siete inmigrantes ocupa ya plaza en el CETI que se enfrenta a un pico asistencial propio del verano. Algo que hace temer a los responsables del centro de estancia temporal sobre la posibilidad de tener que habilitar nuevos espacios de albergue para acoger a nuevos compatriotas a lo largo de los próximos meses.
Durante su estancia en comisaría los inmigrantes recibieron ropa y calzado distribuido por los voluntarios de Cruz Roja.
CLAVES Presión. La misma que otros años pero en goteo
La presión migratoria puede llamar la atención dada la cantidad de balsas que se están interviniendo por parte de las fuerzas de seguridad. No obstante ese incremento de servicios no supone un aumento de la presión migratoria. El número de inmigrantes interceptado es mayor en cuento a número de balsas intervenidas, pero en otros años se han detectado más inmigrantes pero en un menor número de intervenciones ya que partían en embarcaciones semirrígidas ocupadas, como mínimo, por una treintena de clandestinos.
Al otro lado. Sin presión en los montes cercanos
Lo ha comprobado la Guardia Civil y la Policía Nacional. A pesar de la difusión de otro tipo de noticias sin fundamento, la auténtica realidad es que en los montes cercanos de Beliones la presión de inmigrantes es mínima. Ni 400 ni 500, a lo sumo, según las fuerzas de seguridad, hay unos cincuenta inmigrantes subsaharianos malviviendo en la zona boscosa. Otra cosa distinta es la presión registrada, como siempre, en la zona de Tetuán y Tánger que obedece a los flujos habituales de tráfico migratorio.
Mayor temeridad. Con este tipo de trayectos
Esto sí que es lo que preocupa a las fuerzas de seguridad, la temeridad que rodea este tipo de salidas en balsas, que suelen producirse en tiempo de levante y que pueden terminar en tragedia.