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Otro grupo de españoles y residentes son repatriados tras casi tres meses en Marruecos

Más de 850 ciudadanos, españoles y marroquíes residentes en España que llevan casi tres meses ‘atrapados’ en Marruecos, viajan este jueves por la tarde desde Tánger-Med a Málaga en un barco especial operado por la compañía Balèaria y organizado por la Embajada española en Rabat. En este viaje, el segundo que se hace por mar, van varios ceutíes. Se trata del segundo barco que ha salido de Tánger a las 14.00 horas (horario marroquí), aunque lo ha hecho con retraso, y que tenía previsto llegar a Málaga sobre las 20.00 horas, pero finalmente lo hará más tarde, puesto que el primero, en el que volvieron 711 personas, zarpó el pasado 22 de mayo, aunque este era únicamente para las personas que habían viajado con un coche matriculado en la Unión Europea.
Sin embargo, este buque está destinado tanto a ciudadanos españoles como a marroquíes residentes en España, que se han desplazado con sus coches o a pie a primera hora de esta mañana pues este barco era también para peatones.
Al igual que el pasado 22 de mayo, en los accesos se han formados colas kilométricas desde bien temprano. No obstante, en su mayoría iban provistos de mascarilla y tanto a lo que viajan con vehículos como a los peatones les han tomado la temperatura y les han hecho rellenar un formulario sobre su estado de salud. Dentro del barco solo pueden ir una persona por fila, salvo que sean familiares.

Historias que regresan a España

Salma Khan, una malagueña de 29 años, está como loca por volver a ver a su marido, Said Ziani, un marroquí residente en España desde hace seis años, que este jueves vuelve a su casa en Málaga. Viajó en su coche a mediados de febrero hasta Marruecos para pasar allí un mes aprovechando que estaba de vacaciones y visitar a su familia, pero el cierre de la frontera el pasado 13 de marzo hizo que se quedara allí atrapado más de tres meses.
“Trabaja en la hostelería y aunque en Málaga todavía estamos en la fase 1 su jefe ya le dijo que intentara volver cuanto antes porque se tenía que incorporar el 10 de junio y mira ha tenido suerte y el martes le llamó Baleària”, comenta su mujer, que siente una mezcla de alegría y nervios, “aunque ya menos”. Salma ha sido la que ha rellenado la solicitud de su marido para poder acceder al viaje de este jueves al igual que lo hizo para el anterior barco y “para los dos aviones que hubo”. Pero ahora respira con cierto alivio porque “ya me ha llamado y me ha dicho que está dentro”. “Ayer (por este miércoles) cogió la autorización para viajar a Tánger y ha salido a las 5 de la mañana para estar allí de los primeros”, cuenta la española.
Jacqueline Mansar y su hija de 24 años son otras de las afortunadas. Y es que se sienten como si les hubiera tocado la lotería. Ambas tienen la nacionalidad española puesto que se mudaron a Málaga en 1999. Viajaron en coche unos cinco días antes de que cerraran la frontera del Tarajal para visitar a su madre y abuela, respectivamente.
“Me llamaron el martes y sentí un gran alivio, una alegría, como que me había quitado un peso de encima o como que he vuelto a nacer. No sé explicarlo muy bien, pero es la llamada de la desesperación. No me lo creo, pero es un sueño hecho realidad. Acabamos de montarnos en el barco y estamos pidiendo algo para comer porque ni hemos comido”, comenta. Este miércoles consiguió el permiso de desplazamiento por Marruecos para poder llegar este jueves hasta el puerto de Tánger y subirse al barco con rumbo a Málaga, donde a solo un cuarto de hora del puerto está su casa. Sin embargo, Hajar El Amrani, una marroquí de 24 años que lleva 16 en España, lo tiene más difícil para llegar a su casa en Manresa (Barcelona). “Aún estoy en una sala de espera que hay para los peatones”. Su primo la llevó anoche desde Marrakech hasta Tánger, donde ha pasado la noche en casa de una amiga.
Viajó de vacaciones a Marrakech para pasar unos diez días, pero la vuelta se la cancelaron. La llamaron este lunes a las seis de la tarde para confirmarle que era una de las elegidas y hacer la reserva de su plaza. Pero Hajar había rellenado dos formularios: uno sola y otro con una familia en la que la mujer está embarazada y “a punto de dar a luz”.
Solo la han llamado a ella, aunque ha intentado por todos los medios convencer a la naviera para que incluyera a la familia. “Para subir acceder al puerto había una cola enorme para los peatones y muchos coches, pero al final he podido entrar. Al hacer el checking había gente a la que no habían llamado y sin autorización y los estaban dejando comprar el billete y pasar”, ha criticado. En Manresa le esperan sus padres y hermanos, aunque Hajar no sabe qué hará al llegar a Málaga ni cómo va a viajar hasta Barcelona.

El caso de un ceutí en este viaje

Algunos que no tuvieron la suerte de poder subir al barco el pasado 22 de mayo, lo harán por fin este jueves. Con el billete y el permiso en su pasaporte en la mano se quedó Mohamed Reda Mek. Nació en Ceuta hace 30 años. Este español es relaciones públicas, pero jamás se imaginó que iba a conocer a tanta gente y tantas historias en tan poco tiempo. Está en varios grupos de WhatsApp y Telegram de atrapados en Marruecos, por lo que lo primero que hace al despertarse es mirar su móvil.
“Me ofrecieron la solución del vuelo y la acepté, pero Iberia no me llamó en ninguno de los dos”, continuó. Le llamaron el lunes 18 de mayo para confirmar la reserva. Pasó toda la noche de ayer nervioso y sin conciliar bien el sueño. Se sentía afortunado de poder volver a España después de más de 90 días, aunque se preguntaba cómo iba a volver a Ceuta cuando llegase a Málaga.
Pero todo se torció en el último momento. Finalmente, tras esperar las colas para entrar en el puerto y para acceder al barco, se quedó a las puertas y con la miel en los labios por volver.
Este jueves confiesa sentirse “eufórico” porque por fin ha llegado el momento que lleva esperando desde marzo. “Estoy justo en frente del barco esperando la señal para que nos digan subiros al barco. Ya me han sellado el pasaporte y es cien por cien seguro que viajo hoy”, ha comentado ilusionado, aunque “muy nervioso”.
En unas horas llegará al puerto malagueño y su intención es poner rumbo hacia Algeciras con la idea de volver a subirse al barco de las 23.30 para llegar a Ceuta, y pasar la cuarentena en su casa. No obstante, las miles de personas que aún están en Marruecos, y por las que algunos llevaban carteles, tendrán una nueva oportunidad en los ferries del 3, 4, 10 y 11 de junio.

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