Hace unas semanas, los vecinos de la
barriada de Parques de Ceuta alertaron al 112
de un tremendo incendio en la explanada donde habitualmente suele haber varios
coches abandonados. La principal alerta era que
el fuego se había originado en una furgoneta llena de bombonas de butano que podrían provocar una explosión.
Gracias a la rápida actuación del
Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento, no pasó a mayores y se controló. Además, encontraron a alguien que estaba viviendo en ese vehículo y procedieron a evacuarlo y ver en qué situación se encontraba.
La persona en cuestión es Brahim, un hombre de 82 años que lleva en este lugar ocho y no tiene intención de marcharse. En cuanto al incendio, recuerda que se originó cuando estaba preparando su comida. “Iba a preparar mi comida, estaba encendiendo una de las bombonas de butano y una chispa provocó que todo saliera ardiendo” explica.
Sobre los daños que tiene, cuenta que solo le queda un rasguño en el brazo. Por esta razón asegura que continuará en este espacio ya que tiene su casa y se ha convertido en el guarda de los coches que aparcan en esta explanada. “Tengo amigos que se van de viaje y me dejan los coches aquí para que yo los tenga seguros y nos les pase nada”, señala. Además, expresa que lo que gana como guardia lo usa para comprar comida y no necesita nada más para vivir. Así ya “es feliz”.
Como casa tiene una autocaravana que se encuentra abandonada en este espacio y ahí es donde reside, junto a un
pequeño jardín que ha improvisado con alguna que otra planta. Por lo demás, comenta que los coches del lugar le sirven como “armarios” donde guardar su ropa y los utensilios que ha ido recolectando con el paso del tiempo.
Afirma que vive solo y que como acompañantes ocasionales tiene a varios usuarios
del CETI que se encargan de lavar los coches que pasan por la gasolinera y únicamente se cruzan cuando van a por un poco de agua de la que va recolectando. “A mí no me importa que ellos vengan a por un poco de agua para lo que necesiten”, recalca. Además, apunta que las palomas le hacen compañía mientras él se encarga de alimentarlas dándoles pan.
En cuanto a su historia, lleva en Ceuta más de 25 años. Tiene “dos esposas en
Marruecos” a las que no ve. Asegura que en el país vecino ha llegado a tener dinero ahorrado pero ahora es feliz donde vive actualmente con mucho menos de lo que llegó a atesorar. Como único recuerdo de su pasado tiene un pequeño Renault 5 rojo que conserva porque le tiene cariño. Lo tiene aparcado delante de la furgoneta.