“A luchar y a sufrir, nadie nos podrá igualar porque sabemos morir. Es imposible seguir al soldado regular. A luchar, a vencer, a morir”. Como buen soldado regular de Ceuta, Dris murió luchando por su vida hasta el final, pero no pudo vencer a la muerte y esquivar el mundo de sombras del barquero Caronte. No solo su familia y amigos lloran su partida. Sus compañeros del
Grupo de Regulares de Ceuta número 54 no dan crédito a la noticia con la que se han despertado este lunes cuando
resultaba herido de bala en el
Príncipe y fallecía poco después en el
Hospital Universitario. Dris Amar Mohamed tenía 37 años y deja viuda e hijos. Pero todo el
Grupo de Regulares se siente huérfano. "Era un compañero de diez. Se nos ha ido un grande y un referente para la familia regular. Compañero y amigo donde esté, fiel regular hasta morir", reza en una foto que han compartido los compañeros que trabajaban día a día con Dris. Un hondo sentimiento de desamparo y frustración que ha motivado a los soldados de Regulares a querer rendirle un último homenaje al cabo Dris. Una despedida que tendrá lugar en la mezquita de
Sidi Embarek cuando sea el entierro –aún sin concretar- y hasta donde acudirán sus compañeros con sus trajes de gala para darle un último adiós con todos los honores. Dris era una persona que representaba el trabajo, entrega y amor al servicio en su día a día, además de su compromiso con el
Ejército y con la bandera de España. Siempre buscando cumplir con su deber y un ejemplo de entrega para sus compañeros. Esto hizo que Dris Amar Mohamed fuera condecorado el pasado 25 de febrero con motivo de los actos en recuerdo del combate de Beni Salem de 1914, con la Cruz de Bronce a la Constancia en el Servicio, que se entrega a los militares de complemento y de tropa con al menos 15 años de servicio y que han demostrado una conducta intachable.