Regreso al pasado

No cabe duda que el elemento más determinante de la geografía, la economía y la sociedad de Ceuta ha sido y es el mar. Somos una península, una casi isla, rodeada de mar por tres de sus cuatro lados. El aprovechamiento de los recursos marinos estuvo en el origen de Ceuta y desde entonces, excepto en los tiempos más recientes, se ha mantenido como un sector económico fundamental en el devenir de nuestra ciudad.

Se puede afirmar sin temor a equivocarnos que el carácter y la idiosincrasia de los ceutíes están impregnados de sal marina. Hemos sido un pueblo de gentes del mar antes de convertirnos en una ciudad de burócratas y comerciantes. Nuestra nueva faz como pueblo ya no mira al mar. Hemos dejado de apreciar su belleza y de amar a toda la vida que contiene, gracias a la cual muchas generaciones de ceutíes han podido trabajar y alimentarse de sus frutos. Ahora el mar es, a lo sumo, un medio más de diversión y ocio. A la mayoría de los ceutíes solo parece interesarle las costas de Ceuta durante la época estival. Tiempo en el que las playas se llenan de sombrillas y personas tostándose vuelta y vuelta al sol. Este interés tan limitado que demuestran muchos ceutíes sobre su litoral es captado a la perfección por una clase política que no pierden ninguna oportunidad para hacer propaganda y asegurarse así su continuidad en el gobierno de la Ciudad.
La gestión de las playas y el embellecimiento floral de las calles son la máxima preocupación medioambiental del gobierno presidido por el Sr. Vivas. Después de quince años al frente de la presidencia de la Ciudad no tenemos ninguna esperanza de que su visión de la cuestión ambiental se amplíe y enriquezca. El medio ambiente nunca ha sido una prioridad del gobierno del Sr. Vivas. Ha sido una de las pocas áreas de la Ciudad Autónoma que lejos de evolucionar a involucionado hasta niveles realmente preocupantes. Las consecuencias son evidentes y conocidas por todos.
Perdida hace muchos años toda esperanza de cambio en el pensamiento y en la acción política del gobierno del Sr. Vivas en materia medioambiental sólo nos queda luchar para evitar que sus desatinados proyectos no malogren aún más la pésima situación de nuestros bienes naturales y culturales. Aunque resulte paradójico, la crisis económica en la que lleva sumida España desde hace casi una década ha supuesto un respiro en la siempre desigual lucha por la conservación del patrimonio natural y cultural. Durante los años álgidos del desarrollismo de principios del presente siglo XXI no dábamos abasto para presentar alegaciones a la multitud de proyectos públicos que ponían en serio peligro la preservación de nuestro menguante capital natural. En los anales del ecologismo ceutíes figuran ya épicas batallas contra las descomunales ampliaciones del puerto o la regeneración de la playa de la Ribera. Precisamente ahora que, según dicen, empezamos a salir de la crisis vuelven a ponerse sobre la mesa los mismos proyectos contra los que tuvimos que luchar en el pasado. Una regreso al pasado que demuestra a las claras que esta crisis que tanto sufrimiento y dolor han provocado entre las clases medias y bajas de nuestro país no han servido para cambiar ni un ápice los principios ideológicos de los partidos políticos que han causado esta grave crisis ecológica, económica y social.
Entre los proyectos que algunos han sacado del archivador figura la regeneración, o más bien, la "degeneración" de la cala del Desnarigado. Según la noticia publicada hace unos días en este mismo rotativo, la Consejería de Medio Ambiente tiene intención de poner en marcha un proyecto de mejora de la playa del Desnarigado. La actuación contempla la adecuación de la zona de aparcamiento y la sustitución de "esta playa de piedras por arena para que sea más cómoda la estancia de los bañistas". Al leer esta noticia se nos pusieron los vellos de punta. Aún recordamos la infame actuación realizada por la propia Área de Fomento de la Delegación del Gobierno en Ceuta en este mismo lugar, al final de la etapa socialista, que volcó, sin ningún tipo de miramiento ni control ambiental, arenas procedentes de los dragados realizados en algunos cauces hídricos de Ceuta. Estas arenas no sólo eran inapropiadas, sino que además contenían todo tipo de residuos (plásticos, hierros, maderas, etc...). Denunciamos estos hechos ante el Ministerio de Medio Ambiente, ya que la competencia de este tipo de intervenciones en las costas sigue recayendo en el Estado central. Las leyes medioambientales prohíben la realización de este tipo de intervenciones sin su autorización expresa y sin contar con un informe de evaluación ambiental. Este tipo de valoración de impacto medioambiental está todavía más justificada cuando la actuación de depósito de materiales en el borde marítimo tiene previsto realizarse en un espacio natural protegido, como es el caso de la cala del Desnarigado, que está incluida en el LIC Marino del Monte Hacho.
Siendo la propia Consejería de Medio Ambiente la impulsora de este proyecto de mejora del entorno de la playa del Desnarigado no nos cabe en la cabeza que puedan alegar desconocimiento sobre los hechos ocurridos en el pasado en este espacio natural protegido o sobre su inclusión en la Red Natura 2000 de la Unión Europea. Tampoco concebimos que la Delegación del Gobierno en Ceuta, y más concretamente el área de Fomento, dirigida por una persona cabal y sensible por los asuntos ambientales, vaya a permitir que un lugar tan emblemático y bello de nuestra ciudad sea alterado de manera poco respetuosa y desacorde con su enorme valor paisajístico y patrimonial. No obstante, como ya estamos curado de espanto después de tantos años dedicados a la defensa del patrimonio natural y cultural, nos vamos a preocupar de que la cala del Desnarigado no sufra ningún daño y nos aseguraremos de que las piedras que parecen molestarle a algunas bañistas sigan allí y no sean ocultadas por toneladas de arena que lo único que van a provocar es la muerte de cientos de ejemplares especies protegidos y la turbidez de unas aguas que siempre han gozado de una extraordinaria limpieza y transparencia.