Reflexión sobre un asesinato

Vivimos en una sociedad donde nos consideramos personas civilizadas, donde desde pequeños nos enseñan el significado del bien y del mal, donde los valeres del respeto a la vida nos lo inculcan incluso hacia los animales.
Cuando nos encontramos con actos tan monstruoso como los ocurrido en nuestra ciudad el pasado día de la Constitución, nos damos cuenta que esos valores que cada persona debe tener, hay ciertos individuos que dañan el sentido común haciendo actos donde el derecho a la vida y el respeto a las personas desaparecen. Que nos queda luego, lamentarnos y sentir compasión por la chica que sin hacer nada a nadie perdió la vida con sufrimiento a manos de un monstruo,  solidarizarnos con esa familia que ha perdido a lo que más querían y amaban, a una parte de su ser  que nunca se podrá llenar ese hueco del ser querido y perdido. Siempre se ha dicho que los padres no deben sobrevivir a los hijos, no hay verdad mas grande, porque como padre no soportaría la tragedia de tener que enterrar a un hijo.
Siempre escuchamos en los medios de comunicación, que estas atrocidades suceden en otro sitio, pero cuando nos toca tan de cerca, en nuestra propia ciudad no nos damos cuenta que con quien estamos conviviendo, que no conocemos al que tenemos al lado, y esta comentario no se refiere a nadie, porque monstruos los hay en todas las razas y religiones.
Y ahora queda el después, una chica en la flor de la vida muerta, una familia destrozada, y una sociedad conmovida por los sucedido, es hora de que actué la justicia, dando una respuesta a tal brutal asesinato. Pero cual sera la realidad, que en poco más de cinco años ese asesino estará en la calle, pues según dicen las noticias, las cuales se equivocan pocas veces, estaba drogado cuando cometió el asesinato, es decir bajo los efectos de sustancias alucinógenas. El mismo se entrego a la policía, que reconoció su culpa pasado los efectos de las drogas. Y por ultimo que no tiene antecedentes penales, al ser su primer delito la justicia no sera tan dura. A todo esto le sumamos el código penal tan moderado  y comprensivo que tenemos en España. Según me comentan expertos en el código penal, de treinta y cinco a cuarenta años, por buena conducta en cinco o siete años en la calle, eso es lo que cuesta robarle la vida a una muchacha de veinticuatro años que lo único que quería era estudiar para hacer un examen y terminar si carrera.
Hay una asignatura pendiente en este país, es el endurecimiento de penas en el código penal de ciertos delitos, entre ellos el asesinato, los delitos de menores, etc. No digo que en España se tenia que restaurar la pena de muerte, que pensar eso es de persona poco civilizada y que no cree en la reinserción social. Que se lo pregunten a los padres que acaban de perder a su hija, claro que muchos pensaran que eso se piensa cuando uno esta alterado.
Pensemos que sera del asesino, estará en la cárcel con una condena, con tres buenas comidas diarias, habitación compartida con su buena cama, biblioteca, televición, actividades que en algunos casos reducen condena, si quiere estudiar tiene oportunidad, y todo eso pagado con los impuestos de todos los españoles, algunos dirán pero privado de libertad, abría que preguntar a esas personas que clase de libertad tienen esos padres con su hija asesinada.
Cualquier padre o madre le herviría la sangre solo con pensar como lo tienen que estar pasando los padres y la familia, tenemos mucho que mejorar en esta sociedad en la que vivimos, tenemos que educar mucho mejor a nuestros hijos, tenemos que construir entre todos un mundo donde actos como el sucedido en nuestra ciudad no se vuelva a repetir, se puede pensar que lo que estoy escribiendo en este articulo es una utopía, pero entre todos tenemos que exigir que las leyes cambien y que el que cometa un delito de sangre la sociedad lo castigara con dureza según sus leyes.
Desde este pequeño rincón, sirva mi mas sincero pésame para los padres y familiares de Laura Guitierrez Martin, asesinada en la flor de la vida a los veinticuatro años, un seis de diciembre en la ciudad de Ceuta. Descanse en paz.