La llegada de la temporada estival implica la adecuación de las playas o la instalación de mobiliario y en esta tarea también se incluye la colocación de los sistemas de protección
antimedusas y de recogida de residuos flotantes en el periodo comprendido entre el 15 de junio y el 30 de septiembre.
Este año la Consejería de Medio Ambiente ha acotado 224.200 metros cuadrados de zona de baño distribuidos en un total de
cinco playas: Tarajal (25.000 metros cuadrados); Almadraba (13.000); Chorrillo (se han delimitado tres zonas por cada uno de los espigones, dos de 30.600, y uno de 23.000); Ribera (35.000) y Benítez (67.000).
En total son 1.800 metros lineales de redes los que protegen a los bañistas de la llegada a la orilla de estos peligrosos animales que provocan serios problemas de salud en el caso concreto de algunas especies, como la
carabela portuguesa que en los dos últimos años ha hecho acto de presencia en las costas ceutíes.
Los últimos casos se produjeron a principios de este mes en la playa del Chorrillo y en la Ribera cuando un bañista se percató de que el animal (que presenta unos vistosos colores) se acercaba hasta la orilla. En esta ocasión no hubo que lamentar heridos, ya que el bañista la extrajo con ayuda de un cubo.
Además, de los once tramos de redes de contención de medusas con sus correspondientes aparejos complementarios, la instalación conlleva tres barandillas de acero inoxidable, 145 boyas de diferentes modelos y 28 señales de prohibición.
En función de las dimensiones y necesidades de cada una de estas zonas de baño se distribuirán las redes y el número pertinente de boyas, entre las que se situarán las señales indicativas de prohibición de acceso.
Por otra parte, la Ciudad ha puesto en marcha un protocolo de actuación en caso de que alguna persona se vea afectada por la picadura de una de estas medusas.