Agentes de la
Policía Nacional han llevado a cabo una intervención en la
zona portuaria que va desde Benítez hasta Muelle Alfau, en Ceuta, para intentar desalojar de las escolleras a los numerosos
menores que se ocultan allí con la intención de colarse como polizones en los barcos que salen hacia la Península tras escaparse de los centros después de acceder los días 17 y 18 de mayo por los espigones. En el operativo han participado más de una decena de agentes de la Policía Nacional y varios de la Portuaria, introduciendo en sus furgones a tres menores a los que les han intentado convencer de que se fueran con ellos, les han explicado que les iban a dar bocadillos y comida y que las escolleras no es un buen lugar para vivir, sino que están mejor en los centros de menores que hay habilitados. Otros niños que había por la zona se escaparon.
Uno de ellos es Hamed, de solo 12 años, quien confiesa que hace todo lo posible a diario para salir de Ceuta e irse a la Península. Si lo consigue, cree que su vida será mejor. Lo mismo piensa Tarek, de 17 años, que vive junto a este grupo de ocho chicos en las escolleras del puerto.
Tales son las ganas de todos estos jóvenes de permanecer lejos de la miseria en la que vivían en Marruecos que no tienen miedo a emprender un camino solos: “No, no me da miedo estar solo, lo normal. He escuchado que están sacando a todo el mundo del Santa Amelia para Marruecos y por eso no quiero volver allí”, explicaba Tarek a las cámaras de FaroTV. Tampoco se lo piensan otros menores que se encuentran en su misma situación porque, a pesar de que no han vuelto a saber de muchos amigos que huyeron, sí reciben algunas buenas noticias por parte de otros que sí consiguieron cruzar a la Península en los camiones que a diario parten hacia su destino soñado: el otro lado del Estrecho. “Sí que hemos hablado con amigos que han podido pasar y hablo con mi hermano todos los días. Pero quiero ir a la Península para trabajar, tener un porvenir y ayudar a mi familia”, continuaba. Hamza también tiene 17 años, pero él lleva ya dos años y medio en nuestra ciudad. Se escapó del ‘Santa Amelia’ y explica que ahora es muy difícil colarse en los camiones o barcos que salen del puerto porque hay más inmigrantes y la Policía Nacional está más pendiente que nunca. La última vez que lo intentó le rompieron la mano en el forcejeo.
Al preguntarles por qué se fueron de los centros de menores, por qué se escaparon del polideportivo Santa Amelia con el propósito de salir de la ciudad autónoma, responden que para que no les devuelvan. En ese pabellón, habilitado temporalmente como lugar de acogida, había unos 200 menores cuando comenzaron las repatriaciones y ahora la mayoría, dicen ellos, ha huido. Volver a esas instalaciones no es una opción para ellos mientras exista la posibilidad de tener que volver por obligación a su país de origen. Los menores se fugan de los centros por el miedo a ser repatriados a Marruecos. Los que tienen familia allí aseguran que no quieren volver, incluso alguno cuenta que sus familiares le han dicho que no vuelva, que va a estar mejor en España. Por eso prefieren la calle donde se cuidan entre ellos, buscan comida y ropa, duermen entre mantas y pallets y con una hoguera y una sartén pueden calentarse comida.
Si ven alguna patrulla, se esconden. Solo salen a buscar comida, sin irse muy lejos de las escolleras. Han leído las últimas noticias y todos preguntan que si los cogen temen ser entregados a Marruecos. Mientras esperan buenas nuevas seguirán huyendo de la repatriación que temen.