Al
policía nacional Mohamed Ahmed Abderrahman
no se le olvida. Menos en Ceuta, su tierra. Aquí son muchos quienes lo tienen presente: los que le conocieron directamente pero también quienes han sabido de él por su familia. Una piña luchadora que ha salido adelante teniendo presente siempre al mejor referente. Hoy, la presidenta del colectivo de Víctimas del Terrorismo, Consuelo Ordóñez, ha abierto un hilo en twitter para recordar en su perfil a quien fue víctima del terrorismo de ETA, a quien tal día como hoy pero de 1984 fue
asesinado por la banda criminal en Irún. Una granada le partió en dos su cuerpo. Dejó a tres hijas, una con parálisis cerebral, mientras su mujer estaba embarazada del cuarto vástago, que fue varón.
“Los asesinos conocían por los chivatos que en la autopista, a la altura de Irún, solía colocarse un retén de Policía para proteger los coches franceses que iban a por ella, ya que ETA había empezado a ametrallarlos como respuesta al inicio de la colaboración francesa”, recuerda Ordóñez. “Armados con 5 fusiles y un lanzagranadas y escondidos en el monte, esperaron a que descendieran del vehículo y les lanzaron una granada anti-carro que alcanzó de lleno a Mohamed, abriendo fuego contra el resto de la dotación, hiriendo gravemente a otro compañero”, añade. Ordóñez recuerda el asesinato del caballa y cómo en 1989 se condenó a los etarras José Antonio López Ruiz y José Miguel Latasa Guetaria para, ya en julio de 2002, ser señalado como culpable del atentado Miguel Ángel Gil Cervera.
“Mohamed no tenía servicio esa noche, pero había pedido voluntariamente hacer ese turno porque de esa forma podía llegar a su domicilio a tiempo para llevar al médico a su hija,
enferma con parálisis cerebral. Precisamente había solicitado el traslado al País Vasco para conseguir los pluses extras que cobraban los policías por peligrosidad y poder pagar los gastos médicos de su hija enferma”, detalla. Su viuda Aixa dio a luz dos meses y medio después del asesinato. “¿Os imagináis como ha tenido que vivir todos estos años? Estas viudas son nuestras verdaderas heroínas. Sin embargo esta situación nunca se ha tenido en cuenta en las políticas públicas de protección”, concluye.