La Guardia Civil hizo ayer lo que debía: rectificar. No siempre una institución da ese paso, pero la gravedad de los hechos mandaba. 24 horas antes había difundido a todos los medios de comunicación la detención del apodado Laika en Cádiz atribuyéndole de forma errónea la comisión de un delito: nada menos que la autoría de la muerte del cabo de Regulares, Dris Amar. Ayer tuvo que indicar que fue un error.
Para cualquiera que haya hecho un seguimiento a los sucesos recientes ocurridos en Ceuta dicha información no cuadraba, además que suponía cuestionar de forma indirecta la investigación realizada por la Policía Nacional que quedó reflejada en un atestado y que además se encuentra judicializada.
No solo eso, tiraba por tierra esa colaboración entre fuerzas de seguridad que tanto nos venden y que tanto cuesta mantener. Si la Guardia Civil quería saber algo sobre ‘Laika’ y sus cuentas pendientes, no tenía más que haber llamado a la Policía Nacional y comunicado su arresto para saber de quién se trataba. Pero no lo hizo.
Según indican en la rectificación, se guiaron por lo dicho por el propio detenido “que indicó que la Policía llevaba varias semanas persiguiéndole por su implicación en la muerte de un cabo de Regulares en Ceuta”, exponen literalmente.
Si de ahora en adelante ese va a ser el protocolo de las fuerzas de seguridad es para cuestionarse bastantes cosas. ¿Desde cuándo se envía una nota de prensa atribuyendo un delito tan grave como un crimen en base a lo que supuestamente dice el detenido?, ¿desde cuándo se hace caso a lo que asevera un delincuente antes que hacer las gestiones oportunas y contactar con la Policía para informar de lo sucedido de manera veraz?, ¿quién tenía tanta prisa por dar a conocer una detención y de la forma en la que se hizo, dando por ciertos hechos que no lo eran?, ¿para qué, para conseguir una portada que después es falsa? Las respuestas a tantas cuestiones se tendrán que dar a través de los cauces oportunos.
“Una vez hechas las comprobaciones de esta información que aporta el detenido, se ha conocido que efectivamente tenía una requisitoria por un homicidio en Ceuta, pero sin que tuviera que ver con el del cabo de Regulares”, continúa la Guardia Civil en su rectificación.
Las comprobaciones que debían haberse hecho antes de difundir una nota se realizaron después, empezando la casa por el tejado porque a alguien le interesó que fuera así. Un nota de este tipo no se difunde por arte de magia y menos con algo tan sensible como fue el crimen de Dris Amar.
La Guardia Civil hizo ayer lo que debía, rectificar; aunque nos hayamos quedado con las mínimas explicaciones sobre algo de consecuencias gravísimas.