Los precios de la gasolina y el gasóleo volvieron a subir este jueves en Marruecos hasta llegar los 1,70 euros el litro, un tercer aumento en pocas semanas que se sitúa en niveles sin precedentes y supone más presión sobre el sector del transporte, según alertaron hoy varios profesionales.
Según pudo comprobar Efe, los precios en diferentes gasolineras en Rabat oscilaron entre 15,63 y 15,65 dirhams el litro para el diésel (hasta 1,49 euros) y entre 17,76 y 17,80 dirhams para la gasolina (hasta 1,70 euros), un dirham (0,09 euros) más que este martes. Un operario de una gasolinera indicó a Efe que se espera otro aumento similar el próximo miércoles.
"Son unas subidas sin precedentes", alertó el secretario general de la Organización Democrática del Transporte y Logística Multimodale (ODTL), Mustafa Chaoune, que se producen en un contexto de aumento mundial de los carburantes a causa de la invasión de Ucrania y acerca los precios en el país magrebí al nivel europeo, cuando su riqueza es una décima parte que la de España.
En el caso de Marruecos, los precios comenzaron a subir a principios de febrero, cuando el diésel superó la barrera de los 10 dirhams (0,95 euros) por litro y la gasolina los 12 (1,14 euros), lo que supone un aumento de más del 50 % en cuatro meses.
Para amortiguar el impacto de estas subidas sobre el poder adquisitivo de las familias marroquíes, el Gobierno lanzó el pasado abril una subvención directa que oscila entre 1.000 y 7.000 dirhams mensuales (entre 94 y 660 euros) destinado a 180.000 vehículos de transporte profesional. Suponen para el Gobierno cerca de 452 millones de dirhams (42 millones de euros) cada mes.
El presidente de la ODTL indicó a Efe que estas ayudas son insuficientes y criticó que el 40 % de los profesionales del sector no las ha recibido. Su organización dirigió hoy una carta al presidente del Gobierno, Aziz Ajanuch, exponiendo los obstáculos a los que se enfrentan los profesionales del transporte para acceder a estas subvenciones.
"Un gran número de las empresas transportistas están al borde de la quiebra por no poder aguantar el aumento vertiginoso de los precios de combustibles y el de algunos productos esenciales", lamentó.
Por su parte, el secretario general del Sindicato Nacional de Petróleo y Gas, Houssein Yamani, subrayó a Efe que el Estado dispone de mecanismos como resucitar la SAMIR (la única refinería que tenía Marruecos y que fue puesta desde 2016 en un proceso de liquidación judicial por las altas deudas que ha ido acumulando) o volver a regularizar de forma provisional los precios.
El precio de los combustibles estaba en el pasado subvencionado por el Estado a través de la llamada "Caja de Compensación", lo que mantuvo a los marroquíes al margen de las subidas internacionales. Hasta 2015, cuando el gobierno encabezado por el islamista Abdelilah Benkirán decidió liberalizar el sector.
El gobierno actual fue tajante al rechazar volver a subvencionar el precio del combustible para los particulares: "Los Presupuestos del Marruecos no permiten subvencionar los hidrocarburos", dijo la ministra de Economía, Nadia Fettah, la semana pasada en el Parlamento.
La ministra subrayó entonces que las ayudas al transporte fueron aprobadas al tratarse de "un sector horizontal y el primer consumidor del carburante", lo cual que según sus cálculos tuvo impacto sobre la reducción del nivel de inflación (esperada en un 4,5 % este año).
El secretario general del Sindicato Nacional de Petróleo y Gas también cree que para bajar la presión de los precios el Gobierno tendría que eliminar los impuestos sobre estos combustibles.
El Estado aplica el impuesto interno sobre el consumo (cerca de 2,5 dirhams por litro) y el IVA (un 10 %) sobre el precio de la gasolina y el gasóleo.
Una idea que no comparte el analista financiero y presidente del Movimiento Maan (juntos), Zakaria Garti, quien señala que suspender los impuestos sobre los combustibles agravará el déficit presupuestario y privará al Estado de una fuente de ingresos que puede servir para subvencionar otros productos de primera necesidad.
Garti indicó que el Estado obtiene cerca de 30.000 millones de dirhams del combustible (unos 2.800 millones de euros), un monto parecido a lo que ha destinado el gobierno este año para subvencionar los precios del gas butano, la harina y el azúcar, productos de mayor consumo en el país.
La solución, según Garti, podría ser a través de una fijación de un precio límite de los combustibles, una medida estipulada por la ley que podría hacerse en coordinación con el Consejo de la Competencia.
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