El
juicio seguido en Ceuta contra seis personas, una de ellas agente de
la Guardia Civil, acusadas de un delito de
tráfico de drogas continúa con una nueva sesión este martes. Sesión que no será la última al no haberse podido contar con otro informe que un perito del Instituto Armado tenía que haber hecho sobre el teléfono móvil intervenido en el operativo, y de cuyo análisis se derivaron varias de las detenciones. Habrá que celebrar otra vista para aclarar si realmente hubo manipulación previa de ese aparato sin contar con la autorización judicial después que un perito lo confirmara en la sesión que se celebró el pasado 8 de enero. Este martes el tribunal de la Sección VI, el secretario judicial, los abogados y los acusados además de la representante del Ministerio Fiscal han acudido a
la barriada de Benzú para comprobar in situ el lugar en donde se produjo el decomiso de droga y la aprehensión de la moto de agua implicada, en
unos hechos que se produjeron en mayo de 2018. Lo había solicitado una de las defensas para que el tribunal pudiera apreciar sobre el terreno cómo fue la intervención de la Guardia Civil que localizó la mochila con hachís y teléfonos móviles en una azotea de esta vivienda. No se ha tratado de una reconstrucción en sí de los hechos sino de una visualización in situ del lugar que fue escenario del operativo de la Benemérita que comenzó deteniendo a una persona y terminó con cinco más,
uno de ellos agente del Cuerpo destinado en las cámaras térmicas. Los acusados se enfrentan a penas de hasta 9 años de cárcel y habrá más sesiones judiciales ya que queda por conocer las valoraciones de los peritos de la Benemérita en torno al examen del teléfono intervenido al acusado que, todavía hoy, continúa preso. Es el único de todos los que fueron arrestados en la operación que fue dirigida por la Policía Judicial. En la sesión oral se van a escuchar grabaciones procedentes de las intervenciones telefónicas que practicó la Policía Judicial.
Unas escuchas solicitadas por el Ministerio Público
En la continuación de la vista oral se esperaba la testifical del perito judicial sobre los teléfonos móviles hallados por la Guardia Civil, y dos agentes de la Benemérita solicitados por la fiscalía. Finalmente no pudieron hacer acto de presencia, por encontrarse afectados por COVID-19, por lo que esa parte del juicio se aplaza hasta el próximo 1 de marzo. Lo que sí se ha seguido con las escuchas, a petición del Ministerio Fiscal, con vistas a esclarecer y valorar la implicación de los acusados en estos hechos. Las escuchas se centran en los días 9 y 10 de junio del año 2018, un mes después de que ocurrieran los hechos en la barriada de Benzú. En las distintas llamadas se puede interpretar cómo dos de los acusados mantienen distintas conversaciones, pero siempre en la misma dirección: aludir a una tercera persona que no contesta ni a sus mensajes, ni a sus llamadas lo que hace preocupar a estos dos acusados. Por eso en repetidas ocasiones, y en pocos minutos, se realizan varias llamadas y todas con el mismo contenido: ¿Por qué no contesta ni a los mensajes, ni a las llamadas? Incluso llegan a pensar que esa tercera persona les ha podido bloquear porque “tendrá algo que esconder”. En las distintas conversaciones se puede escuchar cómo uno de los acusados acude a varios puntos de la ciudad donde suele estar esta tercera persona, mencionando lugares como los alrededores del Hospital Universitario (Loma Colmenar). Asimismo se intuye que uno de los acusados que está al teléfono es el agente acusado de la Guardia Civil, ya que en una de las llamadas explica a otro de los acusados que se encuentra trabajando en las cámaras térmicas y está intentando identificar algo que viene procedente de Castillejos.