El temor al colapso del puente internacional lleva a la Guardia Civil a extremar los filtros
Continúa el reguero de quejas por la devolución de compras a los establecimientos legalmente establecidos en los polígonos del Tarajal. Comerciantes de La Chimenea protestaron ayer porque los efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil (GRS) volvieron a rechazar, otra jornada más, a clientes que llevaban consigo bolsas con productos, aseguran, adquiridos en el marco de compras para consumo personal. “Hay personas a las que han obligado a darse la vuelta solo por un tambor de detergente –de una conocida marca–”, denunció ayer de forma pública uno de los empresarios.
Este malestar del sector tiene su origen en que, las ventas que realiza una vez finalizado el comercio del bulto fraudulento por el ‘Tarajal II’, acaban de nuevo en sus negocios por la actuación de los agentes en el Jato. Medidas que los comerciantes critican desde hace semanas ya que pierden dinero.
La Guardia Civil explica que los efectivos cumplen órdenes de la Delegación del Gobierno, quienes tienen que discernir si esas compras exceden de la cantidad y volumen autorizados. La línea que separa el régimen de viajeros del porteo de mercancías es difusa y, defienden desde la Benemérita, la medida está en aquello que Marruecos permita acceder a su territorio. Es decir, que si cruzan la Aduana española y son frenados en el país vecino por su carga, la acumulación de personas puede provocar el colapso del puente internacional. Para evitar los cierres de la frontera que derivan de los bloqueos de esta zona, la Guardia Civil ha extremado los filtros previos a la frontera.
Por su parte, los comerciantes se quejan de que esos controles son tan estrictos que rechazan a personas “con dos paquetes de pañales y bolsas con cajas de galletas y atún”, en sus palabras.