Los
jóvenes siguen organizando botellones en Ceuta como hacían antes del estado de alarma decretado por la pandemia del
coronavirus. Ni distancia de seguridad, ni aparente salubridad al preparar las bebidas en la vía pública y, en muchos casos, sin mascarillas. Este es el panorama que se han encontrado algunos lectores en la noche del viernes al sábado, cuando disfrutaban con sus hijos en el parque infantil de los bajos de la Marina con motivo de la Pascua del Sacrificio. “Lo que vimos allí era vergonzoso: chavales reunidos bebiendo y pasándolo súper bien sin respetar ninguna medida de prevención. Todo el mundo besándose, abrazándose, bebiendo de la misma botella…”, manifiestan indignados los testigos, quienes apuntan que los jóvenes estaban en la explanada, el aparcamiento e incluso dentro del parque infantil. Sobre este hervidero humano ha alertado el ministro de
Sanidad, Salvador Illa, quien ha avisado de que los jóvenes son “menos cuidadosos” con las medidas de prevención ante el COVID-19. Las limitaciones al ocio nocturno, uno de los principales focos de contagio, no solo ha hecho que los botellones pervivan, sino que incluso los ha multiplicado.
Llamadas al 112
La Ciudad Autónoma de Ceuta salió al paso de las primeras críticas sobre su presunta tolerancia con el botellón mediante el anuncio del refuerzo de la vigilancia para controlar esta práctica. El testimonio de las personas presentes anoche en el Parque Urbano Juan Carlos I es desconcertante porque contradice a la Consejería de Sanidad: “Llamamos a la Policía porque eso era la repera y por allí, en más de una hora, no apareció nadie”. Confirman que telefonearon al 112 y calculan que se marcharon pasada la 1:00 de la madrugada. Hasta esa hora ninguna fuerza de seguridad se personó en el lugar, desconocen si lo hicieron a partir de entonces. Ceuta camina sobre la cuerda floja con solo dos casos positivos notificados por las autoridades sanitarias, pero con cientos de brotes al otro lado del Estrecho, en la Península. “En Ceuta estamos teniendo muy pocos positivos, ¿somos inmunes o estamos teniendo suerte?”, se preguntan. Por eso consideran que, si hay una recaída, “sería normal porque tampoco es que se preocupen mucho”.