Si la vida de Aurelio Pecino Chacón fuese una obra, el escenario sería la calle Cervantes, Ceuta. Sus recuerdos de la infancia transcurren en el
bar de su padre, llamado ‘Casa Aurelio’, del que guarda hermosos recuerdos. Este
bar sufrió un derrumbamiento en el año
1976, lo que hizo que Pecino abriera otro negocio al que llamó ‘Real Bar Madrid’, con la peculiaridad de que fuese justo en frente del bar en el que se crió. El resultado de esto son 66 años contemplando el transcurso de una calle.
Este bar vio la luz en el año 1977 y Pecino, tras 43 años regentándolo, no puede evitar meditar acerca de todas las diferencias existentes no solo en su negocio, sino en todos los de la ciudad. “Ceuta ahora mismo ha bajado muchísimo comercialmente. Nos tiramos treinta años, los 70, los 80 y los 90, con una economía muy fuerte a nivel local pero, a partir del año 2001, la economía ha ido bajando sin parar. Anteriormente cualquier negocio era rentable pero el cambio al euro parece haber castigado vilmente a todos los comercios”.
Este bar vio la luz en el año 1977 y una de sus peculiaridades es su nombre en honor al club
Una de las peculiaridades de este bar es su nombre en honor al Real Madrid, el motivo de la elección fue la afición que siente la familia Pecino Chacón por el club. “En mi casa somos madridistas de toda la vida, mis padres, mis hermanos… todos”. Grande debe de ser la admiración hacia un club para homenajearlo nombrando a tu negocio en su honor. “Nos encanta el fútbol y somos muy madridistas, esto es lo que hizo que me pareciera la mejor idea nombrar así al bar”, explicó a El Faro de Ceuta.
La pandemia parece castigar a todos los negocios, incluido el ‘Real Bar Madrid’, el cual “cerramos en marzo y desde ahí todo ha ido a peor, en toda la cuarentena no se ha ingresado nada. Desde julio parece que, progresivamente, las cosas van mejorando pero de todos modos el negocio está muy flojo”.
“Cerramos en marzo y desde ahí todo ha ido a peor, en la cuarentena no se ha ingresado nada”
A todo esto habría que sumarle el cierre de fronteras con Marruecos y la poca actividad con Algeciras, juntas hacen que “sea muy difícil remontar y nos veamos forzados a aguantar como podamos, picoteando al día”, explica.
Pecino, esperanzado, confía en una “vuelta a la normalidad” que podría ser impulsada por los ciudadanos si estos deciden tender la mano y fomentar, ahora más que nunca, el consumo en los negocios locales.