Rafael Mejías: "El miedo está pero intentamos proteger a la víctima"

Rafael Mejías Goñi, jefe de la UFAM desde 2021 y que ha cesado de su puesto por motivos personales hace unos días, ha sido reconocido en la XI edición de los premios Meninas que se entregará la semana próxima en Ceuta.

En esta entrevista nos habla de sus dos años de trabajo al frente de la UFAM así como de la situación actual en materia de violencia de género. También de los protocolos que se llevan a cabo y de la mayor concienciación sobre esta lacra social.

¿Cómo se siente al ser el reconocido en esta edición del Premio Meninas?

Muy alegre. Que te reconozcan el esfuerzo y el trabajo que has hecho es algo que me llena de satisfacción, pero no me cansaré de repetir que este premio no es mío. Este premio es de todo el equipo que he tenido trabajando conmigo durante todo este tiempo y sin ellos yo no sería merecedor de nada. Ellos son los que se vuelcan en el día a día, están permanentemente apoyando a las víctimas y ayudándome a mí infinitamente en mi trabajo.

Fue nombrado jefe de la UFAM en 2021, ¿qué destacaría de estos dos años de trabajo?

El puesto de jefe de UFAM es muy comprometido. Tiene que haber voluntad, ganas de trabajo y una dedicación casi permanente. El tema de la violencia de género y el resto de temas que lleva la UFAM, como es la violencia doméstica, las agresiones sexuales y los menores, no tiene horario. En cualquier momento se puede dar el caso de una agresión sexual y de una víctima que acaba en un hospital y se activa automáticamente todo el aparato de la UFAM para trabajar en ello. Hay días que acabamos a la 1 o las 2 de la mañana en atestados que estamos realizando. Hay que tener un cariño especial para, después de una semana muy dura de trabajo, que en el último momento llegue una víctima y tratarla con todo el cariño del mundo y con toda la dedicación para que se sienta cómoda y poder hacer bien su trabajo y sentirnos satisfechos cuando llega el día de descanso.

"Nuestra intención última es que haya muchas menos denuncias porque no se produzcan casos de violencia de género"

¿Cuál está la situación actual de la violencia de género en la ciudad?

Por desgracia, este año no podemos sentirnos contentos y felices de cómo está el tema de la violencia de género tanto a nivel nacional como en la ciudad. A nivel nacional porque el número de víctimas de violencia de género, de fallecimientos u homicidios en el ámbito de la violencia de género, ha crecido respecto a toda la serie anterior de años que teníamos. Y a nivel nacional y también de Ceuta el número de denuncias por violencia de género ha subido.

Está muy bien como consuelo que haya más denuncias porque haya más mujeres que se atrevan a hacerlo pero nuestra intención última es que haya muchas menos denuncias porque no se produzcan casos de violencia de género.

Ha aumentado el número de llamadas de familiares o personas del entorno de las víctimas. ¿Cree que hay más conciencia en la sociedad de alertar cuanto notan alguna situación extraña?

Afortunadamente, en Ceuta, que es una ciudad pequeña, hay muchas relaciones sociales, familiares, de proximidad, vecinales… Entonces, la gente se conoce, en grandes ciudades no suele pasar eso. En Ceuta tenemos esa gran ventaja de que socialmente hay unas relaciones muy estrechas y eso nos está llevando en los últimos tiempos a que esas relaciones hayan abierto el campo de la comunicación.

Es lo que decimos, no hace falta que venga y haga una denuncia, pero al menos que nos dé la comunicación de que existe un caso de maltrato del que tú tienes conocimiento y nosotros ya lo investigamos. No vamos a complicarle la vida a nadie, pero al menos tener ese conocimiento.

¿Cómo es el protocolo que se lleva a cabo una vez recibida una denuncia?

El conocimiento de una situación de violencia de género normalmente llega de dos ámbitos distintos. Uno es cuando se produce en la vía pública, en la calle o en el domicilio, que bien la propia víctima o un testigo requiere a la Policía Nacional para que atienda a esa llamada. El indicativo llega allí, se entrevista con ambas partes si está el presunto agresor, habla con ellos, esclarece lo que ha pasado y si realmente hay un delito procede a la detención de este hombre si está allí y de todas formas comparece en la instrucción de guardia.

A su vez, si la víctima necesita ir al médico porque haya sufrido lesiones o porque tenga problemas de ansiedad se la acompaña al médico y después se viene aquí. Después de la comparecencia del indicativo de seguridad ciudadana, nosotros cogemos ese atestado y ya los especialistas que tenemos en la UFAM son los que atienden a la víctima, le toman declaración, le hacen todo el protocolo que existe, se verifica la denuncia y se le atiende con todo el cariño y empatía del mundo y tratamos de hacer que se sienta lo más cómoda posible.

Cuando la víctima viene a hablar directamente con nosotros, le orientamos sobre si hay algún requisito que tenga que hacer previo, como la asistencia médica, le tomamos declaración. A partir de ahí hacemos toda la investigación policial, informes vecinales y demás y si se procede a la detención del autor lo ponemos aquí en los calabozos. Todo eso lo pasamos después al juzgado de violencia sobre la mujer que son los que tramitan todo el procedimiento judicial.

"Con Policía Local, que hay un protocolo de protección de las víctimas, existe una comunicación permanente, continua y directa"

¿Hay una mayor coordinación entre las diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado?

Te voy a contestar que no por una sencilla razón, porque no hay una mayor coordinación. Hay la misma buena coordinación que ha habido siempre. Con Policía Local, que hay un protocolo de protección de las víctimas, existe una comunicación permanente, continua y directa; con la Delegación del Gobierno es una comunicación permanente y continua; en los juzgados hablamos continuamente tanto con los letrados que están especializados en violencia de género como con su señoría la titular del juzgado; con los servicios médicos del hospital también estamos en contacto… Es una comunicación permanente y continua que lleva realizándose así desde hace mucho tiempo y funciona.

¿Cuáles son las investigaciones más complicadas de llevar a cabo?

Como decía antes, la UFAM trata no solo de temas de violencia de género, también de violencia doméstica, agresiones sexuales, menores… Es un abanico tan amplio que se dan investigaciones muy diversas que muchas veces interactúan entre ellas. Entonces, podemos encontrarnos una víctima de violencia de género que denuncia que ha habido agresiones sexuales por parte de su expareja y hay que investigar varios delitos y eso complica bastante la investigación.

Después hay otras agresiones sexuales que se realizan fuera de lo que es habitual por desgracia, que es en ámbito próximo a la víctima y esas investigaciones se complican también mucho.

Hay investigaciones que son realmente complejas que nos llevan meses poder esclarecer y poder determinar quienes son los autores y proceder contra ellos.

¿Las víctimas y agresores son cada vez más jóvenes?

Por desgracia, en violencia de género tanto víctimas como autores puede ser cualquiera. Nos hemos dado cuenta de que no importa la edad, no importa el estamento social, el nivel cultural, el poder económico. Eso es intrascendente. En cualquier momento, en cualquier casa y bajo cualquier circunstancia se puede dar.

Últimamente sí estamos detectando que hay más menores que empiezan a denunciar porque se dan cuenta de que lo que ellos consideraban que no era violencia de género, porque no lo conocían como tal, ahora están recapacitando y conociendo a través de los medios de comunicación y de campañas que hay que sí es violencia de género.

Que me miren el móvil, me controlen con quien voy, el que me digan cómo tengo que vestir, no son lesiones, pero estamos hablando de malos tratos. También de un empujón, un tirón de pelo, que tú dices ‘no hay lesión’, pero esos malos tratos dentro de ámbito violencia de género sí están penalizados.

La juventud ahora está empezando a percatarse de que eso a lo que ‘jugaban’ y lo tenían como un ‘juego’ al final va acabando en situaciones de riesgo y de violencia y ya están empezando a denunciar cuando se genera, cuando es el germen de esa violencia futura, cosa que entendemos muy positiva.

"Hay investigaciones que son realmente complejas que nos llevan meses poder esclarecer y poder determinar quienes son los autores"

Hay gente que habla de denuncias falsas. ¿Qué puede decir de ello, se dan en un alto porcentaje?

Yo hago dos distinciones. Primero, el índice de denuncias falsas que puede haber es muy bajo, es bajísimo, porque los malos tratos son denunciables y si una persona denuncia que le han maltratado física o psicológicamente o que han destrozado los muebles de la casa pero a mí no me ha tocado, eso es una actitud que lo que busca es psicológicamente reducir a la otra persona, influir sobre ella.

Entonces, esta persona denuncia, pero en algunas ocasiones cuando esa denuncia llega al juzgado y esa persona al cabo de dos días ha ‘meditado’ y dice ‘yo no quiero que le pasa nada, no quiero continuar con el procedimiento’ se archiva. Y no hay medidas contra el agresor. Eso no quiere decir que sea una denuncia falsa, sino una denuncia que no ha generado medidas contra el agresor porque se ha archivado.

¿Qué le diría a una víctima de violencia de género que no se atreve a denunciar?

Todos tenemos un círculo social, un ámbito en el que nos movemos. Muchas veces no hace falta que venga a comisaría a poner la denuncia. Comunícalo a algún familiar, a alguien próximo que nos ponga en contacto. Después nosotros ya hablaremos intentando hacerlo de la manera más discreta y más amable posible para orientar. El miedo siempre va a estar, pero nosotros siempre vamos a intentar proteger a esa víctima de la mejor manera que podamos. Y vamos a intentar reducir ese miedo y tomar medidas.

A parte de eso, que se convenzan de que nosotros estamos para ayudar. No somos un ogro que estamos para castigar al malo, estamos para hacer cumplir la ley y si esa persona ha cometido un delito vamos a actuar contra él.

Y si ella es una víctima, nosotros vamos a apoyarla, a ayudarla y acompañarla en todo el trámite que necesite desde que se persona en comisaría hasta que después de salir del juzgado vuelve a su casa con un policía o una protección específica para ella.