Rachida Brahmi, una marroquí de 65 años residente en Ceuta desde el año 2000, fue una de las que el pasado jueves pudo abandonar Tánger en el barco de repatriación que partía desde Marruecos a Málaga tras permanecer en el país vecino atrapada durante todo el periodo de confinamiento por el cierre de fronteras del país.
Tras mucho insistir llamando y mandando emails a la Delegación del Gobierno en Ceuta desde el pasado viernes y durante todo el fin de semana, en la mañana de este martes ha recibido respuesta una de sus hijas. Tras explicarle la situación de su madre, la Plaza de los Reyes les mandaba la autorización que por fin ha permitido que esta tarde sobre las 15.00 horas Rachida se haya subido al barco que salía desde Algeciras.
Esta vecina de la barriada Juan Carlos I viajó a primeros de marzo a Marruecos, donde vive otra hija suya que estaba enferma. Se quedó en su casa “hasta que empezó a moverse todo esto de los barcos”. Fue entonces cuando ella y su hijo, que también se quedó atrapado en Marruecos, se fueron a Tánger a casa de otros familiares “para estar ahí por si les llamaban para alguno de los barcos”.
Rachida, a diferencia de su hijo que aún no tenía renovado el pasaporte, sí que pudo subir al barco y el pasado jueves por la noche llegó a Málaga. “Como está muy mayor, enferma, no puede caminar mucho y va con el andador, se marea, por eso buscamos a un muchacho para que la llevara hasta Algeciras y menos mal, porque si no hubiera estado sola”, explicó. Cuando llegaron a Algeciras para coger el barco de la 23:30 no la dejaron embarcar sin la autorización de la Delegación del Gobierno. “Menos mal que el chico la acompañó y buscaron una pensión para que se quedara porque sino hubiera estado en la calle sola”, relató Amal.
En esa pensión ha estado Rachida hasta hoy. “Les mandamos ayer a la Delegación el informe del médico porque ayer se tuvo que ir a urgencias porque tiene una hernia en la columna, la ciática, la tensión alta y claro todo esto le ha afectado un montón y ayer se le subió la tensión. Aquí tiene su médico y todo y necesitaba volver porque es una persona mayor”, comentó su hija Amal.
“Por fin va a volver después de tanto tiempo y de toda la vuelta que ha tenido que dar para volver a casa. La Delegación tiene que entender que todas estas personas que han estado atrapadas en Marruecos no vienen a pasear a Ceuta, sino que vienen a su casa y a su trabajo y que aunque tengan que pasar la cuarentena aquí no les pueden dejar tirados”, concluyó.
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