Rabietas del PP

Resulta que toda la familia popular se ha mosqueado con eso de que la ministra Carcedo no se haya reunido con el presidente Vivas, aunque hace tan solo una semana que ya habían hablado de todo lo que debían. Hasta el temporal y las averías técnicas les jugaron una mala pasada y la titular de Sanidad y Adolfo Suárez jr. no aterrizaron en el mismo helicóptero. Algo que, de haberse producido, hubiera dado pie a ese encuentro, aunque forzoso.

Pero a lo que iba. Que todo el PP ha salido unido a protestar en redes sociales por el gesto de la ministra y han empezado a recordarle cositas que deberían haberse guardado para ellos mismos, por eso de que la memoria puede jugar malas pasadas. Y es que sorprende que el PP le cante las cuarenta y las que quiera de más a Carcedo por no aplicar el acuerdo entre España y Marruecos sobre el retorno de los MENA, cuando su Gobierno no es que no lo hiciera nunca, sino que a finales de los 90 cuando jugó a no hacer las cositas del todo bien, terminó con problemas bastante feos. De esos que no se arreglan en despachos políticos sino en otras salas de mayor respeto.

Pero el PP juega a exigir lo que ellos no hicieron ni cumplieron, en una especie de campaña en redes sociales que se les vuelve en contra porque les deja en evidencia y no hace sino mostrar su nerviosismo. Que vengan los populares a hablar de sanidad o a solidarizarse con los problemas de los profesionales del sector suena a chiste. Pero más aún que incurran en el despropósito de arremeter contra el Gobierno de Pedro Sánchez porque “sus ministros”, dicen, “no se han prodigado mucho por nuestra tierra”. Es vergonzoso que digan cosas como esta: “Grande-Marlaska, el ministro del Interior, no apareció cuando agredieron a nuestras fuerzas de seguridad pero sí lo hizo hace un mes para anunciar, otra vez, que quitarán esas concertinas que puso Zapatero y que están floreciendo de forma mágica en el lado marroquí”.

Hablar de solidaridad con las fuerzas de seguridad, hablar de visitas de ministros, hablar de apoyos... ¿en serio, saben los peperos lo que están diciendo?, ¿son conscientes de la bajeza moral que representan estas aseveraciones cuando hemos tenido a los peores ministros de Interior en los gobiernos populares? Les recuerdo que el Pinocho Zoido se rió de todos los ceutíes pero, sobre todo, del propio Partido Popular y de los mandamases de Ceuta a los que engatusó y nunca agradó. Y mejor no hablar de Fernández Díaz y su forma de situar las fronteras imaginarias. Eso sí, la fotografía que sacó con su teléfono móvil del espigón del Tarajal que iban a remodelar quedó para enmarcar en el grueso de las promesas incumplidas o lo que es lo mismo, las mentirijillas que escuecen tanto al paso del tiempo. Que un partido como el PP se pille estas rabietas es preocupante. Miren, la ministra no les visitó como tampoco lo hizo con Imbroda cuando fue a Melilla. Puede ser una falta de lealtad institucional. Puede interpretarse de miles de formas. Pero nunca con salidas de este tipo que evidencian una manera torpe de hacer política con efecto boomerang, por torpes.