El artista llega mañana a Ceuta de la mano de Fundación Gallardo para realizar varias actividades. La cita grande será el sábado en el Ayuntamiento con la Master Class ‘El arte del Sentido del Ritmo’ José Suárez, más conocido como El Torombo, es el flamenco, por mucho que él lo niegue y se extienda durante unos 10 minutos a través de un monólogo filosófico intentando reflejar que este arte es algo más que el ser: “El flamenco es una exhibición del pueblo”. El bailaor comenzó su andadura en la vida con mal ‘pie’, una minusvalía, como él la describe, le restó movilidad durante los primeros años de su existencia, pero con la ayuda de un aparato corrector, perseverancia y la particular lucha que le caracteriza, sus pies pasaron a volar sobre todo terreno que pisa. Pero decir que El Torombo es un bailaor es quedarse corto. Este sevillano, oriundo de Triana, es un maestro y con mayúsculas del flamenco, por algo son muchos los que dicen de él que es un pedagogo.Y en esa faceta se encuentra recorriendo el mundo, exportando el flamenco hasta el más recóndito lugar del planeta.
Se confiesa un verdadero admirador de Ceuta y sus culturas y con ganas de seguir aprendiendo de ellas vuelve mañana de mano de la Fundación Gallardo para realizar varias actividades durante el fin de semana. La primera cita será mañana a las 11.30 horas en la sede de la Fundación para realizar un taller de estimulación mediante el flamenco con los usuarios. Y el encuentro grande tendrá lugar el sábado a las 20.00 horas en el Salón de Actos del Palacio Autonómico para realizar una Master Class titulada ‘El Arte del Sentido del Ritmo’.
–¿Quién es ElTorombo?
–Me presentaría como una partícula pequeña, como un ser vivo con mucha necesidad de vivir, de expresar, doy gracias también por el arte, que me hace comunicar, poder comunicarme. Me presento como hijo, como padre, como persona, como artista. Tantas cosas… Al final, simplemente un ser vivo con mucha necesidad de vivir.
– Si le digo flamenco. ¿Qué le sugiere esta palabra?
–Es la voz popular, del pueblo. El flamenco es el pueblo, es su día a día. Su gente, su sentir. Más allá de tener un nombre, ellos son y configuran el flamenco. Este arte no consiste en tenerlo sino en ser. Flamenco es tierra, pueblo, gente, niños, una madre dando a luz, pescadores... Es algo que no se puede quitar, no es una ropa. Está en el corazón.
–Ha nacido y se ha criado entre este arte pero su impulso definitivo llegó de la mano de Farruco.
– Eso fue una casualidad, pero creo que todos tenemos un fin de ser en esta vida, y aunque no hubiese llegado Farruco estaría ejerciendo el mismo propósito.
–¿Es consciente del punto que ha alcanzado?
–Nunca. Me siento muy vulnerable al saber que soy un mero instrumento para transmitir este arte. Porque no todos los maestros tienen el don para enseñar y muchos al final, en vez de alumbrar, que es el fin, terminan deslumbrando.
–Dicen que es un pedagogo.
–Sí, me lo dicen a menudo, pero la verdad no sé lo que es eso. Sólo sé que enseño el latir del corazón. Se me ha dado un don y tengo una función en esta vida que es hacerlo llegar.
–Mañana vuelve a Ceuta. ¿Cómo afronta esta vuelta a nuestra ciudad?
–Quiero entrar a Ceuta bailando descalzo, para que al final bailemos todos al mismo compás y sentir el calor y cariño de mi Ceuta.
–En su primer taller trabajará con los usuarios de la Fundación Gallardo. ¿Cómo enfocará esta actividad?
–Quiero sobre todo aprender de ellos, porque los mayores son el verdadero google. Y que a través del arte puedan vencer, aunque sea en parte, la dolencia que padecen.
– Y la cita grande será el sábado.
–Sí será el gran encuentro con todo el pueblo de Ceuta. Espero que se animen todos los que deseen disfrutar de un gran rato en familia. No tienen que ser artistas, sólo vamos a sentir el arte de la música. Esa será la premisa para comenzar un viaje en el que nos busquemos a nosotros mismos.